03 julio 2009

Lealtad, traición y ética

A veces sólo se puede ser leal al presente traicionando el pasado. A veces la traición es más difícil que la lealtad. A veces la lealtad es una forma de coraje, pero otras veces es una forma de traición y la traición una forma de lealtad. Quizá no sabemos con exactitud lo que es la lealtad ni lo que es la traición. Tenemos una ética de la lealtad, pero no tenemos una ética de la traición. Necesitamos una ética de la traición. El héroe de la retirada es un héroe de la traición.

Javier Cercas, “Anatomía de un instante”, pag. 274

6 comentarios:

Unknown dijo...

No sé yo si estoy muy de acuerdo con Cercas.
El héroe de la retirada es un héroe porque una buena retirada a tiempo puede ser una victoria.
Personalmente me quedo con la frase: "Sólo sé que no sé nada"
Cada uno entiende la lealtad como la entiendde y para mi no es lo que dice este señor. Aunque el concepto expuesto lo esgrimen muchos políticos. Demasiado acomodaticio y sí, lo habéis adivinado, me gustaría un ejemplo práctico. Soy una pragmática impenitente. ;)

Francisco O. Campillo dijo...

Antònia

Vaya ese ejemplo, y me apoyo en Cercas. Adolfo Suárez fue un “traidor”. Pasó de ser un falangista arribista a construir la democracia que disfrutamos hoy.

Cercas también considera que fueron “traidores” Santiago Carrillo y Gutiérrez Mellado porque ambos trabajaron con tesón para facilitar un sistema de gobierno contra el que habían luchado en su juventud.

Si no somos capaces de “traicionar” nuestras propias ideas cuando descubrimos otras mejores, nos convertimos en un lastre para el progreso; entendiendo ese progreso en su más digna acepción. Por ejemplo, y volviendo a Cercas, Milans del Bosch y Tejero son dos ejemplos de “lealtades inquebrantables”.

P.S. Jamás olvidaré una imagen: entierro de un militar asesinado por ETA (en aquellos momentos tocábamos a muerto por día) y Gutiérrez Mellado abucheado por sus compañeros de armas
-¡Traidor! Vociferaba un militar que seguramente alardeaba de su lealtad.

Teresa dijo...

Creo que deberías añadir tu comentario en la entrada.

Trabajaron con lealtad por un proyecto necesario futuros enemigos irreconciliables...

¿Quién puede juzgar lo que es exactamente 100% bueno y lo que es 100% malo? Tampoco nada es para siempre y el contexto puede convertir un traidor a un héroe y viceversa.

Si pudiéramos expresar nuestro yo sin las circunstancias...

Unknown dijo...

Fran, gracias por el ejemplo. Anatomía de un instante trata del 23F. El calor debe afectarme más de lo que creo.
Suárez, creo yo, nunca fue un falangista-fascista porque el hábito no hace al monje, pero es lo que había. Yo nunca comulgué con el franquismo y tuve que jurar los principios del movimiento o no podía trabajar. Carrillo evolucionó hacia tesis eurocomunistas que en 1937 provocaron els fets de Maig de Barna durante los cuales el PCE se dedicó a cazar a "los malvados trokistas".
La evolución en el pensamiento y en las ideas es normal aunque no hablaría de lealtades ni de traiciones.
El franquismo estaba muerto y ya no había dios que lo pudiera resucitar.
En la Transición hubo héroes del pacto y del consenso.
En 1975 estaba convencida de la bondad del proceso. Pasados unos años y al volver la vista atrás no pienso lo mismo. Hay cuestiones que deberían haberse resuelto entonces.
Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

¡Qué debate más interesante! Os doy la razón a todos (es que cada uno tiene su parte de lógica). El ser humano tiene que evolucionar, no importa su ideología anterior (caso Carrillo o Suarez) tiene que avanzar con los tiempos y en aquellos años ambos estaban desfasados. No lo encuentro traición para nada, al contrario creo que fueron leales al "pueblo" español siendo transigentes, evolucionando con el tiempo que les tocó lidiar.
El que se quedó estancado y ha sido traidor es Fraga y su partido. De todas formas es un tema muy complejo, interesante pero complejo.
La "democracia" actual, por ejemplo, no me gusta nada. Creo que nos estamos convirtiendo todos en "narco-estados" populistas a más no poder regidos por las diferentes mafias puras y duras, donde LOS CIUDADANOS no tenemos ni voz ni voto. Besotes, M.

Anónimo dijo...

Interesante debate y buenísima cita del libro para la reflexión, Francisco. A mi me ha traído a la memoria una obra de Stephen Crane, El rojo emblema del valor (The Red Badge of Courage), cuya lectura recomiendo.
Zahra