Antonio López es un pedazo de pintor como la copa de un pino. Un tipo honesto que no se escuda en vanguardias y otras zarandajas. Un obrero del Arte que ha alcanzado la excelencia. Y resulta que tiene un encargo pendiente: el retrato de la familia de Juan Carlos I.
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Pero es que, en los tiempos que nos han tocado en suerte, ese encargo le ha traído más de un quebradero de cabeza. Estoy seguro de que pretende superar al famoso retrato de la Familia de Carlos IV. Cualidades no le faltan; capacidad de trabajo, tampoco. Es cierto que Goya era capaz de retratar a Jovellanos en una sola sesión, por ejemplo. Bastaba con que adoptase una pose similar a la de la cortesana que había ocupado antes que él el lienzo. Y que don Francisco era un genio de los que se cuentan media docena por milenio. Pero Antonio López, que no le anda a la zaga; es un trabajador incansable y meticuloso.
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Supongo que dedicó días y días para estudiar la composición de la obra. Ahora le vendrán con prisas, pero resulta que tuvo que borrar a uno, y seguro que habrá tenido que añadir a varios pequeñuelos y a una mayorcita. Vamos, que el que se mueve no saldrá en la foto, pero en los cuadros de la realeza los modelos se toman el asunto a pitorreo.
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Así que espero que don Antonio se ate los machos -sobre todo porque ya cobró el encargo- y porque como no aceleré el paso, ese cuadro será la obra de El Escorial. Aunque todo tendrá una parte positiva: el Rey saldrá hecho un chaval.
2 comentarios:
Antonio López, para mi, está a la altura de Velázquez, Zurbarán, Goya y los grandes pintores que ha producido este país nuestro. Seguro que el resultado final de la familia real será maravilloso. Besotes, M.
A la altura de Velázquez y Picasso no está.
Porque no es un genio.
Pero sí un gran maestro.
Que conmueve con su arte.
Sí, señor! Grande, grande, y bravo, bravo.
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