10 julio 2010

Salama


Salama vive ajena a lo que ocurre en la gestión de la renovación de su residencia. Salama es una señora de unos 50 años que gracias a Cruz Roja Española, pudo venir a España hace tres años, desde los campamentos de refugiados saharauis, para hacer una operación de corazón. Vive con un paisano suyo que se ha encargado de alojarla en su casa y hacerle todas las gestiones pertinentes a su salud y a su residencia, pero Salma no sabe que Mohamed esta librando una batalla complicada y fatigosa en los despachos de la administración. Para eso tuvo que hablar con: un amigo de la diputación provincial, delegado de extranjería, delegado de sanidad, secretaria del director del hospital, medico de cabecera, amigos, y hasta hora nada se ve en el horizonte cercano.

Para la renovación solo necesita “un informe clínico expedido por la autoridad sanitaria correspondiente”. Salama solo quiere hacer sus chequeos médicos, su residencia y volver con sus hijos. Cada día pregunta por su residencia. La respuesta que le da Mohamed es que las cosas están tardando mucho por la crisis económica y no por las trabas burocráticas, para no preocuparla, siendo su estado frágil y lo que lleva estar lejos de su familia y de sus hijos. De vez en cuando, Mohamed le habla que en los campamentos esta haciendo muchísimo calor, y aquí en España está mejor, para distraerla y que al menos pase el verano aquí hasta que se resuelva la renovación de su residencia, mientras se libra la batalla del informe medico en los despachos de la administración.

Salama seguirá disfrutando, como bien ella hace, la ceremonia del Té con hierba buena en casa de Mohamed.

Mohamed

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4 comentarios:

Francisco O. Campillo dijo...

Hoy, CAMINANDO se enriquece con la colaboración de uno de sus seguidores más fieles que escribe en nuestro español sus sentimientos profundos.

Gracias, shukran Mohamed.

Unknown dijo...

Me suenan estas tribulaciones. Los gobiernos españoles siempre se han comportado como madrastras malas con sus hijos saharauis.
Se niegan a concederles asilo político, se niegan a expedir residencias por razones humanitarias. Son cómplices activos de la tragedia que aflige al Pueblo saharaui. Y muchos nos sentimos avergonzados por tener un gobierno así.
Hoy Caminando se enriquece y al mismo tiempo se entristece por lo que le está ocurriendo a Salama y a otros compatriotas suyos. Algunos sólo son niños.
Un abrazo.

Poemario por un Sahara Libre dijo...

Animo a todos y todas las Salamas que esperan a causa del papeleo, la burocracia y las pocas ganas de facitiliar las cosas a los saharauis. Nos alegramos siempre que hay contribuciones literarias y periodísticas de nuestros compatriotas con tan buen nivel. Abrazos.

Merche Pallarés dijo...

Que situación más kafkiana e injusta. Espero que todo se arregle pronto. Besotes, M.