No me resulta nada sencillo escribir sobre Cuba. Decenas de miles de jóvenes saharauis recibieron allí su formación universitaria cuando todo el mundo les daba la espalda y sé que muchos de ellos se sienten muy cercanos al pueblo cubano. Sin embargo, hay una realidad incuestionable: quienes se expresan de manera diferente al régimen castrista se arriesgan a sufrir prisión por sus ideas. Para mí, esa es una cuestión fundamental; una de las líneas rojas que deslegitima a un sistema político.
Ayer mismo pude ver un vídeo de Guillermo Toledo defendiendo la causa del pueblo saharaui, algo que comparto con él. También aplaudo su coraje al posicionarse a favor de la justicia donde tantos quieren sembrar el olvido. Sin embargo, difiero diametralmente de su estrategia. Toledo dispara -dialécticamente, se entiende- contra todo lo que se menea, lo cual es una excelente manera de ganar adhesiones y simpatías. Y vuelve a mezclar churras con merinas al decir irónicamente aquello de parece que para algunos Cuba es el principal problema del mundo, patatín, patatán. Todos conocemos aquellas desafortunadas declaraciones suyas sobre la muerte del activista Orlando Zapata Tamayo que, no lo olvidemos, falleció tras mantener una huelga de hambre en defensa de su dignidad. Todos podemos emitir nuestros juicios, pero sólo tendrán valor si utilizamos siempre la misma regla de medir.
Si pensamos que no hay que denunciar las felonías del régimen castrista porque, total, Cuba es un pequeño país del Caribe que nos cae simpático ¿Cómo podemos pedir atención a lo que está ocurriendo en el Sáhara Occidental? ¿Con qué legitimidad podemos denunciar las violaciones de los derechos humanos que comete el gobierno de Marruecos?
Afortunadamente, también hay líderes de opinión que mantienen la brújula bien ajustadita. Rosa Montero es una de las columnistas que siempre se ha defendido con firmeza la causa saharaui, y hoy mismo, denuncia la dictadura castrista. Puedes leerlo en su artículo Grandeza.
Ayer mismo pude ver un vídeo de Guillermo Toledo defendiendo la causa del pueblo saharaui, algo que comparto con él. También aplaudo su coraje al posicionarse a favor de la justicia donde tantos quieren sembrar el olvido. Sin embargo, difiero diametralmente de su estrategia. Toledo dispara -dialécticamente, se entiende- contra todo lo que se menea, lo cual es una excelente manera de ganar adhesiones y simpatías. Y vuelve a mezclar churras con merinas al decir irónicamente aquello de parece que para algunos Cuba es el principal problema del mundo, patatín, patatán. Todos conocemos aquellas desafortunadas declaraciones suyas sobre la muerte del activista Orlando Zapata Tamayo que, no lo olvidemos, falleció tras mantener una huelga de hambre en defensa de su dignidad. Todos podemos emitir nuestros juicios, pero sólo tendrán valor si utilizamos siempre la misma regla de medir.
Si pensamos que no hay que denunciar las felonías del régimen castrista porque, total, Cuba es un pequeño país del Caribe que nos cae simpático ¿Cómo podemos pedir atención a lo que está ocurriendo en el Sáhara Occidental? ¿Con qué legitimidad podemos denunciar las violaciones de los derechos humanos que comete el gobierno de Marruecos?
Afortunadamente, también hay líderes de opinión que mantienen la brújula bien ajustadita. Rosa Montero es una de las columnistas que siempre se ha defendido con firmeza la causa saharaui, y hoy mismo, denuncia la dictadura castrista. Puedes leerlo en su artículo Grandeza.
5 comentarios:
Sí que es difícil hablar de Cuba y más con la solidaridad demostrada hacia los saharauis. Tengo que decir que los cubanahuis me tienen robado el corazón. También sé de la respuesta de Toledo ante la muerte del activista Orando Zapata. Toledo no fue políticamente correcto. Para mi que no pensó lo que decía o que se equivocó.
Pero el caso de Cuba...es muy resbaladizo. El poder corrompe, dicen y más ejercido durante tantos años, pero el pueblo cubano ha tenido que enfrentarse a un bloqueo que quizás si no hubiera sido por Castro, no hubiera resistido y hubiera vuelto regímenes corruptos como el de Batista.
Recuerdo haber hablado de ellos con un saharaui en estas horas lentas y calientes de las siestas del desierto.
- Mire Ud., no se trata de Derechos Humanos, dijo en un momento en que la cuestión saltó sobre el tapete, es una cuestión de defensa propia.
Y pensé que la línea que separa ambs conceptos, a veces, es imperceptible. Y como nunca he vivido en Cuba me callé y dejé que los teóricos siguieran pontificando.
Pero sí quiero dejar claro que la actitud de cierta clase política española que arremete contra Willy, simplemente porque pertence al colectivo de los "titiriteros de la ceja" me parece canallesca y propia de una España anclada en los años 40.
Porque en nombre de los DDHH le niegan a Guillermo Toledo uno fundamental: la libertad de expresión y pensamiento.
Un abrazo.
Pienso que no hay nada que esté por encima de los Derechos Humanos. Ni en el Sáhara ni en Cuba. Y que cualquier rodeo es una excusa. Qué malos son los regímenes presidencialistas aunque tengan legitimidad ideológica.
No caben paños calientes con los regímenes dictatoriales porque, en efecto, al defenderlos o justificarlos se deslegitima toda lucha democrática. No entiendo por qué hablar de la dictadura cubana es más complicado, difícil o sensible que hablar de la sudanesa, la mauritana o la china. Buen texto. Saludos.
Acabo de ver el vídeo en facebook. Willy habla del Pueblo Cubano, no de su gobierno, debe estar ya escarmentado de todo lo que se dijo de él ante sus desafortunadas declaraciones sobre el fallecido Zapata.
Sobre lo demás creo que dice verdades como puños refiriéndose a los políticos que no a los militantes de base.
El alegato final a favor de los eco-comunistas, personalmente, me sobra. Todo el mundo merece el beneficio de la duda y estoy dispuesta a concedérselo a la izquierda y también a UPyD, sólo que habría que ver lo que harían en favor del Sáhara si alguna vez llegaran al poder.
Creo que la Causa saharaui nos aglutina, o debería, a todos: derecha, centro, izquierda, jóvenes, viejos, gordos, delgados, locuaces, callados, apasionados o flemáticos, como en el anuncio.
Y también quería expresar que aunque Marruecos respetara los DDHH en el Sáhara Occidental y dejara de apresar y torturar a los independentistas, mientras siguiera el status quo, continuaría siendo un territorio pendiente de descolonización.
Lo malo de los DDHH no es que se respeten o se violen con ser una cuestión importante, lo peor es que entre todos los estamos pervirtiendo para ponerlos al servicio de las ideologías partidistas.
Sirven igual para un roto que para un descosido cuando los que deberían abanderarlos los obvian cuando les conviene y los utilizan como arma arrojadiza cuando les parece bien. Como el contencioso saharaui, exactamente igual. Y eso me produce mucho coraje.
Un abrazo.
Me pregunto si esta "democracia/TIMOcracia" globalizada como la conocemos actualmente ¡vale la pena luchar por ella? Si ya sabemos ¡quienes manejan los hilos! Besotes revolucionarios,
M.
Publicar un comentario