Hoy es 23 de abril, y se pueden conmemorar unas cuantas cosas, depende de cada cual. Yo, por mi parte, he decidido enviar un abrazo a quienes estudiaron con los mismos libros que lo hicimos quienes nacimos en los sesenta en aquella España, pero ellos en la anacrónica provincia 53 y ahora sufren prisión por defender su derecho a tener su propia patria. Y para asegurarme de que mi abrazo tenga verdadero valor, tomo prestados los versos con los que se inicia el poema “Mientras viva” con la esperanza de que pueda trasmitir, a través de la Red, una parte de la fuerza que contienen
Vuestro odio me inyecta nueva vida.
Vuestro miedo afianza mi sendero.
Vida de muchos puesta en el tablero
de la paz, combatida, defendida.
Pocas personas han expresado de manera tan contundente el verdadero espíritu de superación ante la injusticia. Fíjate como finaliza Blas de Otero este poema:
Podrán herirme, pero no dañarme.
Podrán matarme, pero no morirme.
Mientras viva la inmensa mayoría.
Y hoy, yo quiero pertenecer a esa inmensa mayoría.
El 23 de abril de 1521, los Comuneros fueron derrotados en los campos de Villalar por las tropas imperiales de Carlos V. En ese momento, Castilla comenzó a “sufrir” a la nación que acababa de engendrar.
El 23 de abril de 1616 es la fecha en la que se conmemora la muerte de Cervantes (aunque falleció el día anterior), Shakespeare (calendario juliano) y el Inca Garcilaso de la Vega. Por ello, la UNESCO declaró el 23 de abril como el Día Internacional del Libro.
Los catalanes –y catalanas- se regalan libros y rosas todos los 23 de abril, día de Sant Jordi, y para el escultismo mundial es uno de sus días más importantes, también en honor a San Jorge, su patrón. Por cierto, en 1969, el Papa Pablo VI eliminó a San Jorge (Jorge de Capadocia) del santoral católico, aunque lo mantuvo a “nivel facultativo”, a eso se llama nadar y guardar la ropa.
Vuestro odio me inyecta nueva vida.
Vuestro miedo afianza mi sendero.
Vida de muchos puesta en el tablero
de la paz, combatida, defendida.
Pocas personas han expresado de manera tan contundente el verdadero espíritu de superación ante la injusticia. Fíjate como finaliza Blas de Otero este poema:
Podrán herirme, pero no dañarme.
Podrán matarme, pero no morirme.
Mientras viva la inmensa mayoría.
Y hoy, yo quiero pertenecer a esa inmensa mayoría.
El 23 de abril de 1521, los Comuneros fueron derrotados en los campos de Villalar por las tropas imperiales de Carlos V. En ese momento, Castilla comenzó a “sufrir” a la nación que acababa de engendrar.
El 23 de abril de 1616 es la fecha en la que se conmemora la muerte de Cervantes (aunque falleció el día anterior), Shakespeare (calendario juliano) y el Inca Garcilaso de la Vega. Por ello, la UNESCO declaró el 23 de abril como el Día Internacional del Libro.
Los catalanes –y catalanas- se regalan libros y rosas todos los 23 de abril, día de Sant Jordi, y para el escultismo mundial es uno de sus días más importantes, también en honor a San Jorge, su patrón. Por cierto, en 1969, el Papa Pablo VI eliminó a San Jorge (Jorge de Capadocia) del santoral católico, aunque lo mantuvo a “nivel facultativo”, a eso se llama nadar y guardar la ropa.
3 comentarios:
La tradición catalana es bellísima y se debería copiar por toda la orbe. Besotes, M.
Estoy esperando la rosa y ahora pensaba salir para comrar el o los libros.
Un abrazo y buen día de San Jordi.
Da igual el día para sentir. Leamos.
Publicar un comentario