17 noviembre 2009

Delibes, profeta en su tierra


Miguel Delibes ya tiene el reconocimiento oficial de su tierra, algo que no es fácil por estos lares. “Mucho oro para mi”, ha declarado.

Yo pasé de los Asterix y los Tintines a la novela de la mano de Delibes, y de un excelente profesor de Lengua, don Luís. Y mi camino por la narrativa está cuajado de encuentros con el maestro. No quiero destacar ninguna de sus obras, pero si que me gustaría citar dos libros “raros”. El primero es la correspondencia que mantuvo durante toda su vida con Vergés, su editor. En
“Delibes-Vergés. Correspondencia 1948-1986” descubrí a dos hombres de su tiempo y una relación muy aleccionadora entre ellos; y de fondo, aquella España tan triste. El segundo es la “La tierra herida”, un conjunto de conversaciones entre un padre y un hijo –un cazador y un científico- y sus preocupaciones por los problemas medioambientales de nuestro planeta.

Sobre lo del Nobel y Delibes, sólo diré que después de que le concediesen a Obama el de la Paz, espero con ansiedad la llamada de la Academia Sueca para el próximo año. Pienso que mis hijas María y Ana no han escrito nada que justificase esa distinción, pero tienen un futuro realmente prometedor. Así que casi me alegro que Delibes se quede sin esa distinción… pero con el reconocimiento de una legión de lectores fieles. Aunque pagaría un potosí por escuchar su discurso en Estocolmo.

8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es difícil que se lo den a Delibes: hay una norma no escrita de que los autores galardonados deben haber publicado algo recientemente. Y es una pena. El Nobel se lo pierde.

Merche Pallarés dijo...

Creo que PEDRO tiene razón. Dudo que se lo den pero es verdad que el que pierde es el Nobel. Delibes, ¡qué GRAN escritor! Por lo menos sus lectores le otorgamos el Nobel virtual. Besotes, M.

José Núñez de Cela dijo...

Yo también pasé de los tintines a Delibes y todavía vuelvo a unos y otros.
Lo del nobel da para polémica tertuliana, pero nada más (creo).

Sinceramente, pocas veces he disfrutado con un libro entre las manos como cuando estaba firmado por él y sí, yo puedo destacar uno :Los santos inocentes; lo leí tumbado bajo una encina en una dehesa en Extremadura!

Un saludo

joaquina dijo...

Creo que no puede entenderse la literatura española sin Delibes. Imprescindibles son sus obras Cinco horas con Mario, Los santos inocentes y El camino. Un escritor realmente humano.

Merche Pallarés dijo...

El dibujo, supongo que es tuyo. ¡Estupendo! Muy, muy logrado. Besotes de nuevo, M.

Raúl Urbina dijo...

¡Las horas de lectura plácida y estimulante que nos ha regalado (y regala) Delibes!

Francisco O. Campillo dijo...

Veo que somos muchos los que disfrutamos con las obras de Miguel Delibes.

Ahora, lo de la lectura de "Los santos inocentes" a la sombra de una encina en una dehesa extremeña es difícilmente superable ;-)

José Núñez de Cela dijo...

Pues si... reconozco aquella como una de mis mejores experiencias vitales; pero, como casi siempre hay un pero, no estaba en una dehesa exremeña por voluntad propia... Estaba de maniobras durante la mili!!.

Saludos