29 agosto 2009

Desde Santiago de Compostela

¡Por fin en Santiago! Hoy hemos entrado en la catedral de Compostela como unos verdaderos peregrinos: con nuestras mochilas, nuestras varas de avellano y las conchas de viera que agujereamos ayer. Atrás quedaron Sarria, Portomarín, Palas de Rei, Melide, Arzúa, Pedrouzo y el Monte do Gozo (Ciudad de Vacaciones). Cada mañana, hemos saludado al Sol en nuestro camino y éste ha sido luego piadoso con nosotros.
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De una u otra manera, siempre hemos encontrado alojamiento y comida. Y hemos sentido el cansancio... y el dolor de no poder reir ya más. Creo que el Camino nos ha hecho un poco mejores. Convivir con gente desconocida es siempre una experiencia enriquecedora aunque para mi, el tesoro más valioso de esta semana sea -sin ninguna duda- el haber estado verdaderamente cerca de mis dos hijas.
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Ahora, en recompensa a esas dos aguerridas peregrinas, buscaremos un kebab para cenar. Ya sé que no es una tradición muy arraigada y que no aparece en los viejos códices, pero todo lo que hoy nos parece añejo algún día fue novedoso.

4 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Hala! os mereceis esos "kebabs"... Seguro que para las niñas habrá sido una aventura inolvidable ¡además con su padre! Yo aún recuerdo con tanto cariño cuando mi padre y yo ibamos en bici a Fuenterrabía a pescar... Besotes, M.

Teresa dijo...

¡Habéis tardado poquísimo!...
Cuenta la verdad, habéis ido sobre porteadores

Por cierto, me parece que no se puede besar la imagen del Santo por precaución A una gripe.

Enhorabuena.

Francisco O. Campillo dijo...

Merche
El kebab nos supo a gloria.

Bipolar
Hemos dedicado una semana a recorrer unos 120 km. El sábado y domingo lo dedicamos a disfrutar, así que nos sale una media de unos 25 km diarios. Está muy bien para unas niñas -no tanto para su padre- pero te aseguro que no hemos tenido porteadores ;-)

Unknown dijo...

Seguro que tus hijas recordarán siempre este Camino con su padre.
Un abrazo.