El mini post que dediqué a la finalización de la huelga de hambre que ha protagonizado Yahya Mohamed El Hafez y que ha durado la friolera de ¡¡¡ 62 días !!! ha provocado comentarios discrepantes. No me extraña ni lo más mínimo. Haría falta ser más insensible que una roca para no cuestionarse infinidad de cosas sobre este asunto. Yo, por mi parte, respeto profundamente la libertad de cada cual para que haga lo que le parezca más oportuno en cada momento. Al fin y al cabo, de lo suyo gasta, nunca mejor dicho.
Y ya puestos, lanzo aquí una pregunta ¿Cómo tiene que ser la situación que soporta una persona, con esposa y tres hijos, para emprender una huelga de hambre en una prisión marroquí? La respuesta, tal vez esté en boca de Ali Salem Tamek –que de esto sabe lo suyo- y que en su día afirmó que la huelga de hambre ilimitada es la única arma de que disponen los activistas saharauis para defender sus derechos fundamentales.
Y con todo y con eso, yo sigo sin tenerlo claro. Sólo espero que jamás tenga que tomar una decisión de esa envergadura.
Y ya puestos, lanzo aquí una pregunta ¿Cómo tiene que ser la situación que soporta una persona, con esposa y tres hijos, para emprender una huelga de hambre en una prisión marroquí? La respuesta, tal vez esté en boca de Ali Salem Tamek –que de esto sabe lo suyo- y que en su día afirmó que la huelga de hambre ilimitada es la única arma de que disponen los activistas saharauis para defender sus derechos fundamentales.
Y con todo y con eso, yo sigo sin tenerlo claro. Sólo espero que jamás tenga que tomar una decisión de esa envergadura.
5 comentarios:
Fran, no había visto todos los comentarios que suscitó tu post en el que dabas noticia de la finalización de la huelga de hambre de Yahia.
Todo es opinable. Pero para hacerlo con propiedad tendríamos que haber vivido lo que ha vivido el o Minetu o H'mad o Ali Salem Tamek o Mohammed Dadach.
A H'mad, tu lo sabes, hay que verle y escucharle en vivo y en directo lo mismo que a Aminetu, no basta con leerles.
Yo he pasado, como Merche, años de adulta bajo una dictadura y con todo lo terrible que resultó no creo que pueda compararse con lo que le ha tocado vivir al Pueblo saharaui.
Puedo imaginar a Aminetu ayunando pese a que tiene dos hijos, puedo imaginarla desafiando con su voz suave y clara a sus jueces y verdugos y puedo imaginar a H'mad encerrado en la Casa de España sabiendo lo que le sucedería después y regresandoal Aaiún después de decir alto y claro lo que opina del régimen marroquí, sabiendo que allí están y que obran con total impunidad.
No, no hablaría de romanticismos, ni de causas que el mundo quizás considere perdidas. Hablaría de miradas, convicciones, mucha FE. A menudo ser un mártir no es una elección propia como no lo son las Causas en las que militas. Éstas te escogen a ti y a esta gente les ha tocado vivir este calvario.
No hay amor más grande que el de aquel que da la vida por sus amigos.
¿Habrá servido de algo?
Con la mano en el corazón yo creo que sí. ¿Si yo lo haría? No tengo ni la menor idea y ojalá no me toque nunca, ni a mis hijas, vivir nada parecido.
DECIRLES QUE NO ES SU TIERRA, QUE LAS PIEDRAS NECESITAN SER LIBRES.
Un abrazo.
Suscribo las bellas palabras de ANTONIA P. Besotes, M.
Me gusta tu post. Me adhiero.
Un abrazo.
Estoy contigo, amigo Fran. Ojala que nunca tengamos que tomar una decisión de esas caracteristicas. Sería señal de que algo no funcionaría en este pais. Pero si hubiera que tomarla, ¿que haríamos?
En estos años de democracia en España he visto varias huelgas de este tipo. Bien es verdad que ninguna llegó a durar tanto tiempo. Pero eran motivos económicos. Graves, estoy seguro, pero el dinero lo arregla. Y es la única forma de que la opinión pública se decante y opine.
La mayoría de las ocasiones, a los presos políticos no les quedan más armas que la resistencia pecífica, el apoyo de la sociedad civil y las huelgas de hambre. En la solitaria oscuridad de una celda, no sé sabe por cuanto tiempo, sin respeto a los derechos humanos ni a un juicio justo, no creo que se pueda hablar de romanticismo de quienes se declaran en huelga de hambre sino de un modo desesperado de luchar por su libertad.
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