08 junio 2009

62 días


Hoy, Yahya Mohamed El Hafez ha abandonado su huelga de hambre… ¡después de 62 días! Piénsalo solo un instante: sesenta y dos días de huelga de hambre.
Sesenta y dos días de huelga de hambre en una prisión marroquí.
Sesenta y dos días.
Sesenta y dos.

10 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Y ¿ha conseguido algo? Espero que esos 62 dias no hayan sido en balde. El pobre debe de estar en los huesos. Besotes, M.

Conx Moya dijo...

Con su lucha pacífica Yahya ha conseguido:

Decirles que la tierra no es de ellos,

que la gente no es de ellos,

que las piedras necesitan ser libres.



Decirles que el desierto solo conoce

a los nómadas, dueños del sol y el viento.



Que el Aaiun duerme

para quedarse sin sentido,

que quien niega

será negado por la ternura

de esas voces melancólicas y sedientas.



Decirles que no hay más espera

que la espera del reencuentro

renacido del polvo de la libertad.


ALI SALEM ISLEMU

Conx Moya dijo...

LES HA DICHO CON SU VOZ DE FUEGO Y AMOR QUE SON EL PUEBLO SAHARAUI

Mercè Salomó dijo...

De acuerdo, les ha dicho todas esas cosas, pero ¿cómo está él físicamente? ¿Se le han dañado los riñones? ¿El hígado? Son órganos que fallan después de un ayuno tan largo y si su huelga ha de dejarlo enfermo, no sé hasta qué punto, realmente, habrá valido la pena.

Seguramente Yahya tiene esposa e hijos y si ha quedado enfermo crónico, no podrá trabajar y traer un sueldo a casa.

Parece que sea materialista, pero la verdad, es que soy realista.

Un abrazo solidario!!

migramundo dijo...

Admiro a las personas que son capaces de sacrificarse por sus ideales. Muy romántico en tiempos en que son necesarias buenas dosis de estoicismo.
Saludos.

Conx Moya dijo...

Vale vamos a lo concreto, no creo que lo haga por romanticismo si no por una causa que es la suya, nosotros puede que no lo entendamos del todo, los saharauis seguro que sí.

Su salud está muy deteriorada y aunque le atendieran bien, cosa que no creo que ocurra, le quedarán secuelas irreversibles. Cuatro días antes de dejar la huelga de hambre las noticias sobre su estado decían: "Tras 58 días en Huelga de Hambre la salud de YAHIA MOHAMED ELHAFED está muy debilitada, ha sufrido varias pérdidas de conciencia, entrando en estado de coma, sufriendo lesiones en su organismo que dejaran secuelas irreversibles, estando su vida en grave peligro. En la actualidad YAHIA MOHAMED ELHAFED se encuentra atado de pies y manos a una cama del hospital Hassan II de Agadir, al que fue trasladado por la fuerza por las fuerzas de seguridad marroquíes el 15 de mayo sin su consentimiento, y está custodiado por varios policías que impiden todas las visitas, teniendo su mejor prohibido comunicar con él."

Yahya es padre de tres hijos, y toda su familia depende de él para su sustento, así que su situación podemos imaginar cómo es.

Teresa dijo...

no sé, creo que el mundo no necesita mártires, sino soluciones y lo digo por esta persona que se ha sacrificado...

Conx Moya dijo...

Nuestro fácil escepticismo occidental no debe tirar por tierra el esfuerzo de estas personas. Yo no puedo erigirme de portavoz, a ver si algún saharaui opina, pero despachamos su lucha con mucha ligereza. ¿Quién da soluciones a estas personas?

Conx Moya dijo...

Nuestro fácil escepticismo occidental no debe tirar por tierra el esfuerzo de estas personas. Yo no puedo erigirme de portavoz, a ver si algún saharaui opina, pero despachamos su lucha con mucha ligereza. ¿Quién da soluciones a estas personas?

Juan Francisco dijo...

Entiendo perfectamente a Yahia, mi tocayo, (Yaia es Juan en árabe) en un caso extremo como el suyo, el es el que mas ha perdido, pues posiblemente tenga lesiones irreversibles... ¡ojala que no! pero, ¿que pueden hacer ante el silencio del mundo? En visperas de la batalla de Nuakchott, el Luali dijo algo así como...
"sacrificaremos lo mas valioso (la vida) para obtener lo mas valioso: la libertad y la dignidad... Sin libertad y sin dignidad... ¿que somos? ¿que sería Yaia sin estas dos cosas. Todo lo que ha hecho, solo se puede contemplar desde la perspectiva de ese ansia de libertad propia de un pueblo cautivo, pero que mantiene viva e intacta su dignidad. Espero que siga vivo en ellos el sentimiento que se extendió sobre todos los saharauis cuando murio el Luali, ese sentimiento que llevó a su hermano Bachir a decir cuando le comentaban que su hermano había muerto: ¿Luali muerto? ¡pero si cada saharaui es un Luali!. Adelante, Yahia. Que tu sacrificio no sea esteril. ¡Sahara hurria! Hurria li sab saharaui!