Nuestra voz en Madrid

Ayer recorrimos las calles de Madrid para reclamar el ansiado referéndum en el Sáhara y denunciar las violaciones a los derechos humanos que se perpetran cada día en los territorios ocupados. No me preguntéis cuántos éramos; no sé calcularlo pero en cualquier caso éramos una multitud colorida. Se sumaron numerosos actores y personajes conocidos, pero permitidme que le dé un enfoque diferentes a este post… si no, CAMINANDO no sería CAMINANDO.
Porque quiero dedicarle unos versos a esa madre que ha acogido un niño saharaui este verano y que no sabía muy bien donde se estaba metiendo. Y van destinados también a quien ya lleva un montón de años en estas manifestaciones. Ha tenido que escuchar infinidad de veces que ésta es una causa perdida, que no tiene arreglo, pero no pierde la esperanza. Y a quien fue por primera vez. Y a quien siempre ofrece su sonrisa y ayer su subió a un autobús para sumarse a otros muchos. Y a quienes ven para que otros vean. A todos y cada uno quiero enviarles estos versos de Neruda:

No puedo
sin la vida vivir,
sin el hombre ser hombre
y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.
Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza.
Dadme todas las alegrías,
aún las más secretas,
porque si así no fuera
¿cómo van a saberse?
Yo tengo que contarlas
dadme
las luchas
de cada día
porque ellas son mi canto,
y así andaremos juntos,
codo a codo,
todos los hombres,
mi canto los reúne:
el canto del hombre invisible
que canta con todos los hombres.