06 septiembre 2008

Rumbo a la libertad


Hoy he recordado a Ahmed. Viajó al verdadero El Aaiún para defender la libertad y la independencia del Sáhara… para cumplir su sueño. Él representa para mí el ansia de recuperar la patria que jamás has conocido porque has nacido lejos de ella, en el exilio.
Murió en su añorado El Aaiún en extrañas circunstancias. Me lo contó Gera mientras caminábamos hacia la daira de Amgala.

Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni reluce, ni florece.

Cuerpos que nacen vencidos,
vencidos y grises mueren:
nacen con la edad de un siglo,
y son viejos cuando vienen.

Miguel Hernández
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Actualización del 8 de septiembre
Hoy, EL PAÍS publica el artículo "Una solución para el Sáhara" en el que se posiciona ante la reciente visita de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, a la zona. Si quieres leerlo, pincha aquí

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Les veo sonreír en fotografías como la tuya, y no dejo de pensar en como serían si fueran libres al fin...

La sonrisa es el camino más corto entre las personas, el camino de la esperanza.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

MIGUEL HERNÁNDEZ.Impresionante

Alicia Mora dijo...

Emotiva entrada....y el poema...se te pone la piel de gallina.
Gracias
Un abrazo

Unknown dijo...

Ahmed, el chico que te regaló un elzam.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Oir ese poema en boca de niños de 12 años, en una escuela de adobe también emociona. Doy fe de ello.
Un abrazo

Francisco O. Campillo dijo...

Salondesol
"La sonrisa es el camino más corto entre las personas, el camino de la esperanza". Es una frase hermosa y llena de contenido.

Blogochentaburgos
Miguel Hernández es realmente impresionante... y contundente como un mazazo.

Alicia
Viniendo de ti, ese comentario es doblemente valioso.

Antònia
Efectivamente. Ahmed me regaló su elzam y yo una chaqueta que era muy querida para mí, la que lleva puesta en la foto. Ambos intercambiamos presentes para iniciar una amistad.

Aquel elzam no he podido volver a ponérmelo.

Merche Pallarés dijo...

Miguel Hernández, como siempre, fantástico poeta. Es bonito ver las sonrisas de esos jovenes saharauis. Muy bonita foto. Besotes, M.