29 febrero 2008

Las flores del desierto


La Hamada de Tinduf es el lugar más inhóspito que he pisado jamás.

Puedes dar una vuelta completa sobre ti mismo, y no ver nada en absoluto. Sólo un suelo duro y pedregoso… y el cielo. Cualquier tipo de vida parece un milagro imposible en este medio hostil.

Sin embargo, el milagro existe. En la hamada crecen las flores más hermosas del planeta. Son flores con una amplia sonrisa y una generosidad sin límites. Flores saltarinas que anhelan regresar a la tierra de sus padres y abuelos. Tal vez sea una peculiaridad de este ecosistema, pero ¡qué curioso! tienen memoria de aquello que no vivieron nunca. Si eres capaz de mirar con los ojos de la inocencia, es sencillísimo disfrutar del aroma de esas alegres flores.

Gracias a ellas, en la Hamada de Tinduf, he sido feliz.

14 comentarios:

Redeyes dijo...

Sí, así es la Hamada. Un jardín de miradas limpias, de risas regadas con lágrimas diminutas y con caricias de mujeres secas y dulces. En la Hamada no hay nada, solo niños del tamaño de un beso y hombres y mujeres que cuando mueren lo hacen con la dignidad de una hoja cuando cae. Saludos solidarios

Francisco O. Campillo dijo...

Isaac

"...hombres y mujeres que cuando mueren lo hacen con la dignidad de una hoja cuando cae"

Un abrazo, por supuesto solidario, para ti.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En estos sitios tan duros suele crecer el ser humano de verdad.

Francisco O. Campillo dijo...

No sólo crece, Pedro... florece.

Anónimo dijo...

Me identifico plenamente con las plababras que dices y las traslado al blog de sahara-deportes.

un abrazo

Unknown dijo...

En el corto de Sílvia Munt: Lalia, una niña saharaui dice:
"Mi madre dice que los ojos de mirar no son los ojos de ver, los ojos de ver están en el corazón. Si cierras los ojos puedes ver lo que quieras".
Entonces cierra los ojos y aparecen unas flores rojas que brotan milagrosamente de la arena.
Al final dice:
"Hay que correr mucho para llegar al mar, pero yo soy muy fuerte y puedo correr mucho.
Volveremos a nuestro país, lo dice mi madre y mi madre nunca dice mentiras".
Hadi, la niña que puso la voz murió, pero estoy convencida de que sus palabras serán pronto una realidad.
Inshallà.

Tu texto dedicado a estas flores, rosas del desierto, es tan bello como las palabras de Lalia.
En nombre de mis hijos saharauis, te doy las gracias.
Shukran, Fran.
Un abrazo

Francisco O. Campillo dijo...

Sáhara-Deportes
sabéis que sois uno de mis blogs favoritos y que siempre digo que realizáis una labor extraordinaria. Gracias por vuestra visita y vuestro comentario.

Antònia
Me siento orgulloso de que mis palabras te provoquen reflexiones. Hermosas reflexiones.

Anónimo dijo...

Lo que resulta increíble es que en lugar tan inhóspito puedan poner color, y olor, las flores. Es un contrasentido, una antítesis. Saludos.

PILAR dijo...

Voy a confesar una cosa, tengo una especie de fobia a los espacios tan grandes. El desierto sólo lo he conocido através de películas o documentales. Es un reto, espero poder enfrentarme algún día e ir.
Esa es una de las razones por las que visito tu blog, mi incapacidad y mi cobardía real pero a la vez mi atracción por este mundo.
Ánimo a todos los que seguís luchando.

Anónimo dijo...

Cierro los ojos y veo crecer hermosas flores en el desierto de la hammada, regadas por las lágrimas, creciendo con la fuerza de la esperanza.
Abrazos!

Francisco O. Campillo dijo...

Migramundo
Increíble, pero absolutamente cierto.

Pilar
Tus ánimos son un estímulo. No lo dudes.

Joaquina
"Regadas por las lágrimas"... lamentablemente. Por fortuna, "crecen con la fuerza de la esperanza".

Anónimo dijo...

Gusta oír como la gente sigue sonriendo allá donde mas duro lo tiene, gracias por hacernos llegar también esa realidad.

Un saludo

Anónimo dijo...

Que dificil hacemos las cosas en el mundo occidental y, que fácil es reir de verdad cuando se tiene tan poco

Francisco O. Campillo dijo...

Cimujo
Gracias a ti por visitar CAMINANDO.

Blogochentaburgos
Tal vez nos estemos complicando la vida y olvidando le realmente importante. Tal vez.