12 marzo 2012

Dos años más leyendo a Delibes


La Literatura nos abre caminos novedosos que muy posiblemente jamás hubiésemos explorado por nuestra propia cuenta. Miguel Delibes fue uno de mis guías en mi andadura de lector. No tengo ningún pudor en reconocer que yo comencé leyendo tebeos y que hoy sigo disfrutando con mis Asterix, obra maestra, por cierto. Pero cuando quiero garantizar que mi lectura sea sabrosa, elijo a los grandes. No son muchos: Márquez, Vargas Llosa, Orwell, el Cervantes del Quijote, Neruda, Poe, Machado, Buero Vallejo, Saramago, Calderón, Lope, Blas de Otero, Juan Rulfo, Le Carre...
Mi lista es anárquica. Tal vez porque empecé a leer de esa manera, sin orden ni concierto. Según escribo estas líneas, recuerdo a mi padre:
-¿Qué estas leyendo, Francisco?
-Una novela
Le contestaba así -día sí y día también- para joderle, porque sabía que él consideraba aquello una pérdida de tiempo.
Y entre todos los grandes, me que quedo con Miguel Delibes sin dudarlo un instante. Un hombre austero, un grandísimo escritor que huyó de los focos para poder dejarnos una gran obra. Tal vez su actitud le costó el Nobel, pero quiero creer que así conquistó instantes de moderada felicidad.
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Corría el verano de 1985. Cuatro jóvenes con toda la vida por estrenar van a pescar al río cerca de Covanera. Sólo uno de ellos sabe de que va aquello, así que será él quien ayude a sus amigos. En un regato, un hombre mayor con su caña.
-¡Ostias! Pero si es Delibes.
El que más leía de la cuadrilla le ha reconocido, se acerca y lía la hebra. Al final, don Miguel termina charlando con el joven pescador sobre sus asuntos.
El "intelectual" del grupo se siente dolido al no ser el protagonista de ese momento. Años después, algunas canas y un poquito de experiencia le hacen sonreir al recordar ese día. Realmente, hoy es un poquito más sabio que entonces. O tal vez no.

5 comentarios:

José Núñez de Cela dijo...

"Pegar la hebra" con Delibes debió ser un placer difícil de explicar e imposible de olvidar.

Si cambias Asterix por Tintin... y luego le vuelves a añadir Asterix... casi estarías hablando por mi, ... bueno, lo de la caña, también habría que quitarlo.

Un abrazo!

Merche Pallarés dijo...

Preciosa anécdota. Delibes era grande, grande, grande... Besotes, M.

P.D. Aunque no haga tantos comentarios como antes, te sigo leyendo querido Fran.

joaquina dijo...

Bueno, yo comencé leyendo tebeos del Llanero Solitario que había en el desván de mi abuela y unos años después llegué a la Iliada y la Odisea. Por cierto, a mi padre también le fastidiaba eso de "leyendo novelas" como si fuese perder el tiempo. Lo único malo, dejarse la vista de tanto leer.
Saludos!

José Núñez de Cela dijo...

Si sigues el enlace a mi blog comprobarás que te he propuesto para el Liebster Blog Award. Sigue las instrucciones.
Saludos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Uno de los autores del XX que no caerán en el olvido. Buena lectura, Fran.