18 diciembre 2011

Ser madre me ha cambiado

"Ser madre me ha cambiado". Tres veces tres he leído la frasecita en los últimos cinco días. Siempre en boca de mujeres que ejercen tareas importantísimas. Vamos, que para ese camino... no hacían falta alforjas. Porque la maternidad -la paternidad, en mi caso- puede ser muy importante. Debe serlo. Pero no debe "cambiarnos". Nos ayuda a tomar perspectiva ¡qué no es poco!

Y lo que más me sorprende es que esas mujeres hablan de su maternidad como del hallazgo de la piedra filosofal, como si ellas fuesen las Evas de una nueva especie ¿Qué dirían nuestras abuelas si las oyesen? A veces pienso que los avances que estamos logrando con tanto esfuerzo... en muchos casos nos alejan de lo verdaderamente importante. Porque creo que la igualdad entre mujeres y hombres debiera conducirnos a tomar lo mejor de cada uno, sin prejuicios. Y ahora parece que hay quien ha descubierto la ternura cuando ha alumbrado un bebé. Esa experiencia iniciática era propia del "macho ibérico" casi extinguido, educado en la represión de su lado "femenino", y siempre la tomé como una prueba de su incapacidad de adaptación al medio; cosas veredes.

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