Que la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, esté ahora en Rabat realizando gestiones tendentes a la liberación de los cooperantes secuestrados en Tinduf, no hace más que poner de manifiesto cuál es la talla de nuestra diplomacia.
Esas gestiones serán útiles, únicamente, para los intereses marroquíes, a quien una ministra con menos de un mes para dejar el convento, les otorga un papel de árbitro en los conflictos de la zona que no les corresponde. Porque, desde mi punto de vista, las reuniones tendrían que mantenerse con las autoridades argelinas, puesto que el secuestro se ha perpetrado en un territorio sobre el que ejercen la soberanía, y con las del Polisario, ya que son ellas las responsables de facto de la seguridad en la zona. El peculiar status del territorio en el que se ubican los campamentos de refugiados saharauis obliga a una acción diplomática también peculiar, pero soy incapaz de entender qué pinta hoy nuestra ministra en un pais que no ha intervenido en ese secuestro de ninguna manera ¿O sí lo ha hecho? ¿O acaso puede Marruecos favorecer la liberación de los secuestrados?
Sinceramente creo que Marruecos no ha tenido nada que ver en esa acción terrorista. Es cierto que durante la última fase de la presencia colonial española en el Sáhara se produjeron diferentes atentados con la firma de Rabat, y que la política que ejerce en este mismo momento sobre la población saharaui puede ser calificada de terrorismo de Estado, pero descarto que haya desempeñado ningún papel en este secuestro, aunque esté beneficiando sus intereses.
En cuanto a la segunda pregunta, (si Marruecos puede favorecer la liberación de los tres cooperantes secuestrados) una respuesta afirmativa -que en este caso sí justificaría la presencia de la ministra- implicaría que estaríamos sometidos a un tipo de chantaje aún más detestable que el económico que ejerce una de las franquicias terroristas de Al Qaeda. Posiblemente el primer plazo del pago de ese rescate sería el de impedir los viajes desde España a Tinduf. Pocas medidas provocarían más contento en ese Rabat que acoge tan hospitalariamente a nuestros representantes políticos.
Y volviendo a Jiménez, no podrá hacer bueno a Moratinos, pero hay que reconocer que no ceja en ese empeño.
"Recapitulemos, secuestro en Rabuni" es el post que hoy te recomiendo
2 comentarios:
Bien visto por tu parte. En efecto, es cuando menos chocante (entiendo que para ti sea incluso irritante) que la ministra vaya a hacer el paripé y a dorarles la píldora a quienes no tienen vela en este entierro. Saludos.
Ya lo han dicho por la radio, es el segundo acto de esta ópera bufa: el gobierno desaconseja viajar a los Campamentos. Mañana más, seguramente.
Un abrazo.
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