La foto, de Muhammed Muheisen, se titula "El vuelo del burka". Y tengo la impresión de que mientras existan calles como esa, con todo lo que se adivina tras sus muros, seguirán volando burkas y será casi imposible que fructifiquen derechos que en otros lugares consideramos inalienables. La verdadera batalla no consiste en la derrota del dictador de hoy, sino en la eliminación de la incultura y la opresión de siglos.
2 comentarios:
Estas fotos me dan pavor.
Un abrazo
A mi también... pero la solución no es nada fácil. Los países democráticos con sociedades libres no podemos hacer nada para que eso cambie en otros lugares. Dar dinero sólo es entregárselo a corruptos. Y no vamos a abrir una nueva era de colonización para instruir en vez de expoliar, que no estaría nada mal hecerlo. Pero sí podemos protegernos con firmeza de esas corrientes. Una democracia fuerte es aquella que sabe marcar y definir los límites. Porque una democracia ultratolerante es un camino directo a totalitarismos reaccionarios mañana. Una sociedad madura debe saber qué se puede permitir y qué se debe prohibir. Y si alguien reivindica su libertad a llevar burka (y lo que ello significa) se le enseña la puerta de salida, que haga las maletas y se marche. Aquí no. Si no somos claros y rotundos tendremos problemas en el futuro
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