09 mayo 2011

El búnker y la coartada yihadista

Hace unos días, pubiqué en este espacio mi opinión sobre el atentado de Marraquech en el que establecía un paralelismo con el proceso democratizador que se experimentó en España a partir de la muerte de Franco y los atentados -de toda índole- que pretendieron dinamitarlo. Hoy, Bernabé López García publica una tribuna en EL PAÍS en la que nada más leer el título, se recuerda ese paralelismo. Y quiero compartir desde aquí, algunos párrafos de este artículo:

El nuevo golpe de Marraquech del 28 de mayo, con un elevado número de víctimas, en su mayoría turistas extranjeros, ha hecho mirar de inmediato a todos los observadores hacia la órbita yihadista, resucitando el fantasma islamista pese a que todas las componentes de este movimiento en Marruecos, incluso las más insospechadas de la corriente salafista, se aprestaron a condenar con rotundidad el atentado .

[...] Todo este proceso [reformador] ha dividido a la élite del régimen. A nadie se le oculta que en Marruecos hay un búnker que siempre se resistió a la evolución del sistema y que había logrado bajo el nuevo reino ir reduciendo prácticamente a la nada la ya homeopática transición. En otro tiempo el Sáhara sirvió de coartada para cerrar el paso al cambio. Hoy es el terrorismo el que le sirve de coartada. Ese búnker no tardó en reapropiarse de las riendas del régimen tras la subida al trono de Mohamed VI, muchas veces, y no hay que olvidarlo, con el beneplácito -y hasta las condecoraciones- de Gobiernos occidentales, entre ellos el nuestro en 2005. En más de una década el rey se mostró incapaz de sustituir al frente de instituciones decisivas (Ejército, Gendarmería, Seguridad) a personajes identificados con lo más negro del anterior reinado, en cuyas manos estuvo el uso de la ley antiterrorista desde 2003.

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

Mira, lo de Marruecos es tan enrevesado y oscurantista que yo ya no entiendo nada, por lo tanto, no opino. Besotes, M.