Esta mañana de sábado, mi hija María ha tenido examen extraño. Me explico. Ha disputado una carrera de 3.000 metros lisos en la que se jugaba su participación en el Campeonato de España de Cross. Todavía no sabe si ha conseguido su objetivo, pero ha dado lo mejor de si misma sobre la pista. Y yo me siento un poquito fracasado. Me explico también. Siempre he procurado transmitir a María -y también a Ana- que tenemos que hacer todo lo posible por conseguir nuestros sueños, pero que lo verdaderamente importante es el camino, no la meta. Y hoy, a María, solo le importa saber si la han seleccionado.
Creo que comprendo a María. Sé lo que ha luchado para llegar a ese campeonato. Pero espero que aprenda que hay cosas que están fuera de su dominio, que no dependen de ella, y que tiene que disfrutar de la andadura; de la carrera en su caso ;-)
2 comentarios:
¡Me encantan tus posts sobre los logros atléticos de tus hijas! Pase lo que pase, lo maravilloso es participar, tratar de superar los obstáculos, si se consigue disfrutarlos y si no, tampoco pasa nada porque el esfuerzo es lo que verdaderamente merece la pena. ¡Enhorabuena a María y a Ana! Para mi ya son super campeonas. Muchos besotes, M.
Pase lo que pase su esfuerzo no va a ser estéril.
Un beso grande a toda la familia.
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