Ayer, mi hija María defendió los colores de Castilla y León en el Campeonato de Cross que se celebró en La Morgal, Asturias más info. Su equipo obtuvó la medalla de oro, pero María tiene un sabor amargo: no pudo puntuar, con lo que en cierta medida, considera que no cooperó a esa victoria.
Sé que María es muy exigente consigo misma, algo que no dejo de admirar. Sin embargo, me gustaría que en determinadas ocasiones fuese capaz de saborear esos momentos que, algún día, descubrirá que son tan escasos.
3 comentarios:
Es una lección que debemos de aprender sobre la vida y los triunfos. El otro día comentaba con un amigo común que, en el fondo, la vida se sostiene en torno a muy poquitas cosas importantes. Y María (y tonos nosotros, alguna vez) se dará cuenta de que, hace unos meses, para ella el triunfo hubiera consistido en asistir a ese campeonato. Y que un equipo no lo conforman solo los que ganan.
Los chicos se disgustan cuando pasan estas cosas, es normal.
Un besito de mi parte para ella.
Dile que no se estrese, bastante exitazo es ir representando los colores de Castilla y León nada menos... Enhorabuena a ella y a su equipo. Muchos besotes, M.
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