Algunas veces, este blog se toma algún respiro. Es una manera de reponer fuerzas. Y hoy es uno de esos días.
Así que este post es un homenaje a las niñós, jóvenes y veteranos, que cada día se calzan sus zapatillas y echan a correr. Ellos son los deportistas a quienes realmente admiro. Porque son ellos -y ellas- quienes tienen en sus piernas la fuerza de los que creen que pueden. Aunque no sean conscientes de ello.
Son la inmensa mayoría los que constituyen esa paradójica élite que se eleva sobre algunos fangos y nos muestran cual es el verdadero camino a seguir.
3 comentarios:
¡Viva a esos niños y a las jóvenes como tus hijas que ganan lo que ganan a través de su propio esfuerzo y tesón! Besotes, M.
P.D. Te eché de menos en Burgos...
Ellos son las verdaderas élites. Borré a mis hijas de basquet porque tuvieron un entrenador que quería que ganaran a toda costa sin importar cómo.
Pensaba y pienso que el deporte es otra cosa. Mi marido estuvo muchos años en el deporte escolar y nunca le oí dar un consejo inapropiado.
Un abrazo.
Merche
Permíteme una broma: es preferible que te echen de menos a que te echen de más ;-)
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