22 agosto 2010

Pereza

El mes de agosto nos invita a la holganza. Y a éste que os escribe le empieza a dar cierta pereza mantener este blog. Muchísimas veces pienso que es una pesadez darle vueltas siempre a la misma historia. Que no hago más que aburrir a los cuatro gatos que visitan esta bitácora.

Lamentablemente para mí, soy bastante tozudo. Más tozudo que zángano. Así que seguiré dando la tabarra recordando que hay un pueblo, al que admiro más cada día, que sólo reclama su derecho a decidir su futuro libremente. Así que pido perdón y mucha comprensión a esos cuatro gatos que recaláis en CAMINANDO y a los que tanto aprecio.

8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Somos más de cuatro gatos querido Fran pero no todos comentamos porque a veces yo, por ejemplo, no sé que más decir sobre la situación injusta de los saharauís pero te leo. Además no puedes tirar la toalla ahora que has renovado tu blog y lo has puesto tan chuli/piruli. Sigue con tu tozudez.
Por cierto, en septiembre pienso ir a Irún unos días y me encantaría acercarme a Burgos y visitar Atapuerca. Sería estupendo si pudieras ir conmigo de cicerón. Ya me dirás. Besotes, M.

migramundo dijo...

Este gato te anima a seguir maullando. ¡Miau!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

A todos nos pasa algo parecido, que siempre es el monotema: Sahara, Sahara, Sahara... y nos preguntamos lo mismo.
Pero la tenacidad, no la tozudez, es una cualidad envidiable que me gustaría tener a espuertas. Cuando me da por no actualizar visito Caminando y me digo: si Fran puede, yo también.
Aquí una gata que viene a diario.
A veces maúlla y a veces no pero siempre está.
Un abrazo cálido y solidario.

Raúl Urbina dijo...

Y nosotros, encantados de tu perseverancia.

Rais dijo...

Hace unos días leí un cuentito acerca de renunciar, del bambú y los helechos. Lo comprimiré para que sea muy breve. Resulta que un hombre cansado de todo (de no hallar fruto a su trabajo) se retiró al bosque para tener una última conversación con Dios. Éste le respondió que tiempo atrás sembró una semilla de helecho y otra de bambú. a las dos les dió buena tierra y agua. el helecho brotó enseguida. el bambú no brotó, pero No renunció y lo siguió regando. Al año siguiente el helecho estaba más hermoso aún, pero el bambú seguía sin brotar. Pasaron hasta cinco años sin que dios renunciase al bambú. Un día apareció un diminuto brote. Seis meses después alcanzaba varios metros de altura. Lo que ocurrió es que durante cinco años estubo hechando raíces. Personalmente a mi también me viene de vez en cuando el impulso de dejarlo todo y pensar que tanta energía al final no sirve para nada. Pero pienso que nos descorazonamos porque no vemos realizado aquello que anhelamos, sin embargo, si no fuera por tozudos, tercos y obstinados el conflicto del Sáhara ya se habría resuelto en contra del pueblo saharaui hace tiempo. Ellos pusieron un muro físico a los saharauis. Nosotros somos el muro humano que contiene eficazmente a los gobiernos como el de Marruecos (entre otros). Si renunciamos, entonces ya nada los parará. Si seguimos llegará el día en que brotará nuestra semilla de raíces profundas y fuertes. Veremos ese día. Shukran y caminando en el desierto es una raíz fundamental, aunque parezca que no se ve.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Pues yo cuento mucho más que cuatro...

Pep dijo...

MIAUUUUU!