La opinión que publicó anteayer Bernabé López García en EL PAÍS, creo que la puedo suscribir en su casi totalidad. De su lectura reposada, sin embargo, se puede podría inferir una tesis que no comparto en absoluto. El lector podría interpretar que el movimiento solidario únicamente muestra interés por la parte de pueblo saharaui que permanece exiliada en Tinduf, lo cual es falso.
Sí es cierto que es con los saharauis exiliados con los que se mantienen lazos afectivos y proyectos de cooperación, y son sus hijos quienes viajan hasta España en verano. Pero esa situación es fruto de una realidad incuestionable. Quien quiera, puede viajar libremente a esos campamentos de refugiados cuando lo desee e impulsar las iniciativas que le parezcan más oportunas y, fácilmente, conseguirá el apoyo de las autoridades locales. Yo mismo, he viajado a los campamentos de Tinduf junto a mi hija mayor que en ese momento tenía 11 años y hemos actuado allí con absoluta libertad.
Por el contrario, el Sáhara Occidental bajo dominio marroquí es un territorio sometido a censura, restricción de los movimientos de las personas y acoso policial permanente, donde las autoridades pretenden borrar cualquier huella que atestigüe la presencia española. Tengo la absoluta certeza que sería imposible celebrar allí un certamen cultural para difundir el acervo cultural saharaui, por poner un solo ejemplo.
Quienes apoyamos al pueblo saharaui no podemos desarrollar acciones solidarias –ni de ningún tipo- en los Territorios Ocupados. No porque no tengamos “suficiente” interés sino porque las autoridades marroquíes lo prohíben. Eso no nos impide tener presentes cada día las atrocidades que se están cometiendo impunemente y denunciar las violaciones de los derechos humanos más básicos… y buscar las vías para ampliar nuestro campo de acción.
Si con su artículo, Bernabé López pretende recabar apoyos para desarrollar acciones que cambien ese panorama desolador, desde aquí le ofrezco mi ayuda. Soy consciente de que no tengo la capacidad del Instituto Cervantes, pero como dijo Sancho “Más vale un toma que dos te daré”.
Para leer el artículo de Bernabé López García pincha aquí
Sí es cierto que es con los saharauis exiliados con los que se mantienen lazos afectivos y proyectos de cooperación, y son sus hijos quienes viajan hasta España en verano. Pero esa situación es fruto de una realidad incuestionable. Quien quiera, puede viajar libremente a esos campamentos de refugiados cuando lo desee e impulsar las iniciativas que le parezcan más oportunas y, fácilmente, conseguirá el apoyo de las autoridades locales. Yo mismo, he viajado a los campamentos de Tinduf junto a mi hija mayor que en ese momento tenía 11 años y hemos actuado allí con absoluta libertad.
Por el contrario, el Sáhara Occidental bajo dominio marroquí es un territorio sometido a censura, restricción de los movimientos de las personas y acoso policial permanente, donde las autoridades pretenden borrar cualquier huella que atestigüe la presencia española. Tengo la absoluta certeza que sería imposible celebrar allí un certamen cultural para difundir el acervo cultural saharaui, por poner un solo ejemplo.
Quienes apoyamos al pueblo saharaui no podemos desarrollar acciones solidarias –ni de ningún tipo- en los Territorios Ocupados. No porque no tengamos “suficiente” interés sino porque las autoridades marroquíes lo prohíben. Eso no nos impide tener presentes cada día las atrocidades que se están cometiendo impunemente y denunciar las violaciones de los derechos humanos más básicos… y buscar las vías para ampliar nuestro campo de acción.
Si con su artículo, Bernabé López pretende recabar apoyos para desarrollar acciones que cambien ese panorama desolador, desde aquí le ofrezco mi ayuda. Soy consciente de que no tengo la capacidad del Instituto Cervantes, pero como dijo Sancho “Más vale un toma que dos te daré”.
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1 comentario:
Fran, yo no estoy de acuerdo con casi nada del artículo. Bernabé, más visto que el TBO, sigue con su táctica habitual. Empieza de guay con lo del olvido y luego nos mete sus maldades habituales. Hay un montón de ideas peligrosas en esos párrafos.
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