17 noviembre 2008

Patria


La patria es aquella tierra en la que podemos dormir plácidamente, sin miedo a los peligros de la noche. Además, es un sentimiento inexplicable que nadie nos puede imponer –porque realmente no es un territorio en el sentido estricto del término- aunque todos tenemos derecho a nuestro huequecito en el planeta.
Hace ya más de cien años, los europeos nos repartimos África como si fuese de nuestra propiedad. Mucho más tarde quisimos rectificar ese error mayúsculo –cuando ya la habíamos esquilmado impunemente- e iniciamos unos procesos de descolonización que no fueron precisamente ejemplares. De entre todos los países del “concierto de naciones” hay uno que destacó por sus originales estrategias. Primero declaró a su colonia la provincia 53 pensando que así podría aplazar el momento en que los hijos de la nube decidiesen su futuro. Era lo más lo coherente con la trayectoria de aquel régimen, porque a los ciudadanos de la metrópoli les había negado todos sus derechos tiempo atrás. Y como felonía póstuma, entregó aquel territorio y a aquellas gentes en manos de sus enemigos.
Hoy, ese pueblo del desierto –tenaz, pacífico y orgulloso- está dividido en el mapa: unos esperan que dejen de apalearles en su propia tierra y el resto languidece en un exilio dramático. Pero ellos, todos ellos, también tienen derecho a su propia patria. Ese es su sentimiento común.

Me gustaría que mis palabras fuesen un abrazo a mi amiga
Agaila. Ella vive en los Estados Unidos, su hermano estudia en Cuba y su madre está refugiada en los campamentos de Tinduf. Su padre murió en combate.

El dibujo corresponde a la tierra de los padres de la mujer con la que comparto mi vida.

8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Qué bien dibujas querido Fran! Me imagino una casa destartalada del pueblo de Marian. Lo que dices de la patria, muy cierto, hay muchos que tenemos muchas patrias y sin embargo otros, ninguna. MUY injusto. Besotes, M.

Francisco O. Campillo dijo...

Merche
Ese es un pajar que puede verse desde la ventana de la casa de mis suegros. A mi, me transmite paz.
En cuanto a lo de las patrias, que cada uno lo sienta como quiera, pero que no niegue ese derecho a los demás. No tendría que ser muy complicado ¿verdad?

Francisco O. Campillo dijo...

Acabo de recibir este mensaje de Agaila, a quien he dedicado este post.

Gracias por dedicarme el artículo, y perdón por no poder colaborar con vosotros en el pasado Shukran, pero lo voy a intentar de una manera especial... si eso fuese posible. Esta vez me gustaría escribir dos artículos con el título "El diario de Agaila parte 1 y 2".
La parte 1 será sobre la intervención en la ONU y la Parte 2 será sobre el encuentro con Aminetu que es algo que me marcó la vida para siempre...

Fotos seran incluidas...

Rosa dijo...

Muy bonito, lo que escribes sobre la patria....
.... y por su patria luchan y la defienden donde quiera que esten, y la extrañan,y la valoran,y la aman,y la añoran. Todo esto,se magnifica cuando nos la arrebatan!!!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No hay más patria que el polvo que se adhiere a los zapatos.

Francisco O. Campillo dijo...

Rosa
Lo verdaderamente sorprendente es la añoranza de la tierra que no se ha visto jamás; pero es así.

Pedro
... el polvo del camino que se nos pega cuando medimos la tierra toda con nuestros propios pies ;-)

Teresa dijo...

¿Por qué hicieron semejante atrocidad?... Ponerles en manos de sus enemigos... Indefensos... es una crueldad

Hay una responsabilidad que no se puede obviar.

Tu dibujo lo he asociado a tu querido Delibes.

(debías plantearte una exposición...)

Francisco O. Campillo dijo...

Bipolar
no tengo respuesta para tu pregunta.