Bassir Mohamed uld Hach Brahim uld Lebser, de la facción Lemuadenim, ahel Lebser, de los Erguibat, nace en Tantan en 1942. Esta pequeña ciudad se opuso a las pretensiones marroquíes de 1958, surgiendo un fuerte germen nacionalista en la zona.
Bassiri estudia en Marraqués, Rabat y Casablanca y luego en Damasco y El Cairo, donde cursa periodismo. Colabora en el periódico Al Chuhad (La Antorcha) de carácter pro-saharaui.
A partir de 1968 difunde sus ideas nacionalistas desde su residencia en Smara. En estas fechas podemos fijar los inicios del movimiento que desembocaría en el Frente Polisario.
A mediados de 1970 contaba con unos 5.000 afiliados, número muy elevado para la población del Sáhara de aquel momento. Inician contactos con los países árabes, incluido Marruecos, y se entrega un memorando a Argelia redactado el 5 de mayo de 1970 en el que se exige a España el respeto a los derechos de los pueblos y la aplicación del principio de autodeterminación.
En junio de 1970 se produce una revuelta en Zemla, en la salida de El Aaiún hacia Smara en protesta por la manifestación convocada por el gobierno colonial, que pierde los papeles y envía una compañía del III Tercio de La Legión para restablecer el orden.
Aunque Bassiri no participó en la manifestación de Zemla, fue detenido en la noche del 17 de junio. Desde entonces está dado por desaparecido; probablemente muerto.
Bassiri no era un agitador revolucionario, sino un teórico de la liberación árabe con carácter pacifista.
Bassiri estudia en Marraqués, Rabat y Casablanca y luego en Damasco y El Cairo, donde cursa periodismo. Colabora en el periódico Al Chuhad (La Antorcha) de carácter pro-saharaui.
A partir de 1968 difunde sus ideas nacionalistas desde su residencia en Smara. En estas fechas podemos fijar los inicios del movimiento que desembocaría en el Frente Polisario.
A mediados de 1970 contaba con unos 5.000 afiliados, número muy elevado para la población del Sáhara de aquel momento. Inician contactos con los países árabes, incluido Marruecos, y se entrega un memorando a Argelia redactado el 5 de mayo de 1970 en el que se exige a España el respeto a los derechos de los pueblos y la aplicación del principio de autodeterminación.
En junio de 1970 se produce una revuelta en Zemla, en la salida de El Aaiún hacia Smara en protesta por la manifestación convocada por el gobierno colonial, que pierde los papeles y envía una compañía del III Tercio de La Legión para restablecer el orden.
Aunque Bassiri no participó en la manifestación de Zemla, fue detenido en la noche del 17 de junio. Desde entonces está dado por desaparecido; probablemente muerto.
Bassiri no era un agitador revolucionario, sino un teórico de la liberación árabe con carácter pacifista.
Extraído de J. R. Diego Aguirre “Guerra en el Sáhara” Ediciones Istmo
Años más tarde, se intentó implicar a Diego Aguirre -militar responsable de los Servicios de Información españoles en el Sáhara- en la desaparición-asesinato de Bassiri. La verdad es que en aquellos días, Aguirre se encontraba en Madrid despachando y si hubiese estado en El Aaiún, difícilmente se hubiese cometido aquella atrocidad.
José Ramón Diego Aguirre fue distinguido por el gobierno saharaui que le nombró Ciudadano de Honor. Hoy, parte de sus cenizas reposan en los territorios liberados de Tifariti. Nadie conoce el paradero de los restos de Bassiri.
“Si me quedo, aunque sea en prisión, quedará una esperanza”
“Si me quedo, aunque sea en prisión, quedará una esperanza”
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Si quieres consultar la entrada Bassiri en la Wikipedia, pincha aquí, aunque he descubierto que hay poco más que lo que aporta este post.
4 comentarios:
Curiosa y triste esta historia de Bassiri. Ya te lei sobre el militar Aguirre en un post anterior y la verdad, no creo que estuviera involucrado en la desaparición-asesinato de este activista saharaui. Besotes, M.
Merche
¿Triste? El final de Bassiri fue triste y dramático, es cierto, pero no así el conjunto de su vida. No puede ser triste la trayectoria de quien se entrega a una causa justa y dedica a ella lo mejor de si mismo.
Pues tienes razón. Gran hombre este Bassiri, por supuesto. Besotes, M.
Mata al mensajero...
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