26 enero 2008

Que despierte el leñador



(…)
Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa.
No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga
conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas,
que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.

Yo no vengo a resolver nada.

Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.

Pablo Neruda

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

gracias por Neruda, Fran

Francisco O. Campillo dijo...

Los clásicos siempre están ahí para echarnos una mano. Gracias a Pablo.