Desde hace ya ni me acuerdo, los domingos leo EL PAÍS SEMANAL. Es una cita esperada, a la que algunas veces doy plantón, pero con la que siempre disfruto. Hoy he leído un reportaje sobre los niños soldado. Es la experiencia de Ishmael Beah que con apenas 12 años fue reclutado en el conflicto de Sierra Leona. Ishmael ha escrito un libro sobre su experiencia “Un largo camino” en el que se pueden leer pasajes como el siguiente:
“El teniente apuntó a los prisioneros. No estaba seguro de que alguno de aquellos cautivos fuera el que me había disparado, pero en aquellos momentos me servía cualquiera. Estaban todos en fila, eran seis, con las manos atadas. Les disparé a los pies y vi como sufrían todo un día hasta que los rematé con un tiro en la cabeza para que dejarán de gritar. Al apuntar a cada uno, los miré y vi como sus ojos abandonaban toda esperanza y se calmaban hasta que apretaba el gatillo. Su mirada me irritaba”.
El horror, el horror. Hoy Ishmael tiene un sueño. Quiere trabajar en la Corte Penal Internacional para contribuir a evitar situaciones como las que él ha vivido.
Y todo esto lo escribo después de pasar una apacible mañana en un campo de carreras de Burgos donde mis hijas, María y Ana, han competido limpiamente junto a otras niñas de su edad. Ya lo dijo Orwell, “todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros”.
La imagen de EPS nos muestra un equipo de fútbol de jóvenes mutilados en Liberia
“El teniente apuntó a los prisioneros. No estaba seguro de que alguno de aquellos cautivos fuera el que me había disparado, pero en aquellos momentos me servía cualquiera. Estaban todos en fila, eran seis, con las manos atadas. Les disparé a los pies y vi como sufrían todo un día hasta que los rematé con un tiro en la cabeza para que dejarán de gritar. Al apuntar a cada uno, los miré y vi como sus ojos abandonaban toda esperanza y se calmaban hasta que apretaba el gatillo. Su mirada me irritaba”.
El horror, el horror. Hoy Ishmael tiene un sueño. Quiere trabajar en la Corte Penal Internacional para contribuir a evitar situaciones como las que él ha vivido.
Y todo esto lo escribo después de pasar una apacible mañana en un campo de carreras de Burgos donde mis hijas, María y Ana, han competido limpiamente junto a otras niñas de su edad. Ya lo dijo Orwell, “todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros”.
La imagen de EPS nos muestra un equipo de fútbol de jóvenes mutilados en Liberia
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Actualización del 21 de enero
Nuestra amiga Joaquina nos deja un enlace para un interesante sitio web sobre los niños soldado.
Está en http://www.child-soldiers.org/
5 comentarios:
he sentido el mismo horror que tú al leer el reportaje, Fran
El drama de los niños soldados, con su infancia robada, con su futuro incierto, es una de las peores tragedias de las guerras.
Recomiendo el enlace de la Coalición para Acabar con la Utilización de Niños y Niñas Soldados: http://www.child-soldiers.org/
Perdón, creo que no firmé mi mensaje anterior.
Pedro
No puede ser de otro modo.
Joaquina
He incluido el enlace en el post. Gracias, shukran por tu aportación
supongo que ya te habrás enterado, pero por si acaso te pongo el enlace a la noticia que he visto en meneame.net
http://meneame.net/story/espana-tendra-conceder-pasaporte-apatrida-miles-saharauis
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