Algunas veces sueño que una rueda
atraviesa el desierto: gira y gira
hasta encontrar la puerta de mi casa.
Por la mañana estudio el horizonte
con mis ojos oscuros de ingeniero,
elijo el recorrido y lanzo el aro
con la furia inocente de mis manos.
Siempre es igual: avanza algunos metros,
vacila, se tropieza con las piedras
de un límite invisible y al fin cae
dibujando su huella sobre el suelo.
No me importa. No es fácil quebrantar
la esperanza de un niño: sé que un día
luminoso mi rueda irá hasta el Sáhara.
Regino Mateo
Esta poesía está extraída del libro “Miradas con voz”, del que ya hemos hablado con anterioridad en CAMINANDO y que está editado por Cantabria por el Sáhara.
4 comentarios:
Hoy, en Béjar, hemos hablado de cómo sorprendes, de vez en cuando, con poemas y de tu contribución a difundir la literatura saharahui.
Un abrazo, querido Francisco.
Gracias, shukran por todo, Pedro. Pero sobre todo, por estar siempre ahí. Es bonito saber que no caminas sólo,
No caminas solo, te acompañamos. Es que 31 años son muchos. ¿para cuándo la hora de los saharauis?...
martín bolívar
Muchos años de destierro; muchos niños, ñiñas y jóvenes que jamás han conocido la tierra de sus padres y abuelos.
Gracias, shukran por tu visita ¡Y por la compañía en el sendero!
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