Este reportaje (junio) me ha traído un cálido soplo de mi patria. Soy un joven saharaui de 15 años. Por razones de salud, llevo cuatro viviendo con una familia de acogida, lejos de casa. Soy un privilegiado. Cuando me veo entre los aparatos médicos, pienso en cuántos compatriotas son vencidos por la enfermedad a la que yo venzo. Cuando voy en coche al colegio, recuerdo a mis hermanas recorriendo descalzas el kilómetro de arena, helada en invierno y ardiente el resto del año, para asistir a su destartalada escuela de barro en El Aaiún. Los refugiados saharauis no tenemos nada.
Sólo nos queda la esperanza de que cada año por Navidad ustedes colaboren en la recogida de alimentos que tanto necesitamos y que exijan a sus políticos que hagan entender a Marruecos su obligación de respetar los derechos humanos en el Sáhara ocupado, así como las resoluciones de la ONU y del Tribunal de la Haya, que nos reconocen el derecho a una patria libre que España nunca debió regalarle.
Sólo nos queda la esperanza de que cada año por Navidad ustedes colaboren en la recogida de alimentos que tanto necesitamos y que exijan a sus políticos que hagan entender a Marruecos su obligación de respetar los derechos humanos en el Sáhara ocupado, así como las resoluciones de la ONU y del Tribunal de la Haya, que nos reconocen el derecho a una patria libre que España nunca debió regalarle.
Mahjub Mohamed Salem (Irún)
Leído en la revista National Geographic del mes de julio de 2007. La imagen corresponde al reportaje publicado en esta revista en su edición de junio.
2 comentarios:
He encontrado este blog por casualidad y no sabia nada de la situacion de los saharauis. Volvere de vez en cuando.
Y yo te animo a volver. Y la próxima vez, por favor, deja tu comentario con algún nombre. Se mantiene la confidencialidad y facilita la conversación.
Gracias, shukran por tu visita y tu comentario
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