El fuego tiene la capacidad de hermanarnos. Actúa de manera hipnótica y fija nuestra atención. Es muy posible que la presencia de una hoguera nos haga retroceder a momentos remotos en la existencia de nuestra especie cuando su sóla presencia nos aportaba seguridad.
Tal vez por eso, cuando he visto las fotos del campamento de Tifariti, ésta de un grupo de muchachos alrededor del fuego -el fotógrafo es Antonio de Torre- es la que más me ha llamado la atención.
Esther, Lourdes, María Eugenia, María, Ángel, Salva, Lucas, Antonio... han viajado hasta la hamada y han hecho realidad un sueño compartido: el primer campamento juvenil en los territorios liberados. Y paradojas del destino, esta actividad ha coincidido con el primer centenario del escultismo.
Con las vivencias que están frescas en sus corazones, estamos finalizando el SHUKRAN 14 ¡ Ójala seamos capaces de trasladar hasta nuestros lectores la magia de su experiencia!
Y desde este minúsculo rincón en la red, le envío un abrazo a Julio. Él ha sido el autor de esta idea y -otra paradoja del destino- no ha podido viajar hasta el Sáhara. Ahora estará dibujando para que nuestro mensaje llegue hasta los más peques. Y mientras él dibuja, está a punto de comenzar el IV Festival de Cine del Sáhara.
¿Qué cara pondrán estos niñas y niñas cuando descubran las andanzas del capitán Alatriste?
No hay comentarios:
Publicar un comentario