Ha sido necesario superar infinidad de dificultades para que SHUKRAN llegase hasta los campamentos de refugiados en esta ocasión. Pero finalmente, y una vez más, ha sido posible. Y gracias a nuestro amigo Pepe Martín tenemos la constancia gráfica de que SHUKRAN –nuestro abrazo de ánimo- ha alcanzado la hamada. Visto lo visto... a preparar el próximo número.
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