29 octubre 2006

I have a dream


I have a dream -Yo tengo un sueño- es uno de los más impactantes discursos de Martín Luther King. Lo pronunció en Washington, en el marco de la Marcha por la Libertad, el 28 de agosto de 1.963.

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día en que todos los hijos de Dios, hombre negro y hombre blanco, judíos y cristianos, protestantes y católicos, podremos unir nuestras manos y cantar en las palabras del viejo espiritual negro: “Libres al Fin, Libres al Fin; Gracias Dios Omnipotente, ¡somos libres al fin!”

Eran las palabras con las que finalizaba su alocución ante una riada humana que se había congregado para reclamar sus derechos civiles básicos.

Yo también tengo mis propios sueños. En uno de ellos, María y Ana –mis hijas- junto con otros jóvenes españoles comparten unos días de verano junto a Yminaya, Abba y otros jóvenes saharauis. Están en la playa, en un Sáhara dueño ¡Por fin! de su propio futuro.

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