10 mayo 2006

Sembradores de Esperanza

¿Un grupo de niños y niñas –en el exilio- dirigiendo sus propias actividades por procedimientos democráticos en medio del desierto más inhóspito del planeta?… ¿una locura? Probablemente ¡Qué fácil sería alimentar odios, dar argumentos a la intransigencia! Y sin embargo, un colosal esfuerzo de cooperación, de diálogo y de generosidad está haciendo posible este hermoso milagro.

Quienes aportamos lo mejor de nosotros mismos, podemos sentirnos orgullosos de este empeño a favor de la Paz que algún día será liderado por unos niños y niñas –ya mayores- que sabrán construir puentes de entendimiento. Porque precisamente eso es lo que están aprendiendo en este mismo momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así parece un pelin idealizado. Además, no das ningun dato y las buenas intenciones se quedan en nada.