Si alguien tiene alguna duda sobre la capacidad que tiene el pueblo saharaui para superar las adversidades, que lea esta poesía, escrita una semana después de que los campamentos de refugiados fuesen arrasados por las devastadoras lluvias.
Al fin el cielo se acordó de nosotros
Al fin el cielo se acordó de nosotros,
los niños giraban como trompos pidiendo lluvia,
y febrero, como siempre, respondió a sus plegarias.
Diluvió como nunca,
y la barca de barro, donde navega nuestro sueño,
se deshizo,
¡tierra en la tierra!
La esperanza de los hombres azules se ha quedado desnuda,
pero no ha muerto,
brotará renovada, con las flores del desierto,
que saben dormir en la memoria del suelo,
hasta que algún febrero, redimido con plegarias de niños,
las despierte.
Al fin el cielo se acordó de nosotros,
cuando todo el universo nos tenia en el olvido.
Luali Lehsan, Generación de la Amistad saharaui
Y si quieres conocer las últimas noticias sobre el Proyecto “Ladrillo a ladrillo” descárgate la revista SHUKRAN en uno de nuestros ciberquioscos en el sitio
www.ojeburgos.org
Al fin el cielo se acordó de nosotros
Al fin el cielo se acordó de nosotros,
los niños giraban como trompos pidiendo lluvia,
y febrero, como siempre, respondió a sus plegarias.
Diluvió como nunca,
y la barca de barro, donde navega nuestro sueño,
se deshizo,
¡tierra en la tierra!
La esperanza de los hombres azules se ha quedado desnuda,
pero no ha muerto,
brotará renovada, con las flores del desierto,
que saben dormir en la memoria del suelo,
hasta que algún febrero, redimido con plegarias de niños,
las despierte.
Al fin el cielo se acordó de nosotros,
cuando todo el universo nos tenia en el olvido.
Luali Lehsan, Generación de la Amistad saharaui
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