11 marzo 2006

11M


11M. Nunca dos cifras y una letra han tenido un significado tan doloroso para el pueblo español. Casi 200 vidas. Centeneras de familias rotas.

Mis hijas, junto con otros niños como ellas, pintaron un mural colectivo en el Hogar de la OJE en el que expresaban sus sentimientos. Y yo recordaba a otros niños que -en medio del desierto- aprenden canciones y juegos sobreponiéndose al exilio de forma pacífica. Y en aquel momento tan trágico, las sonrisas de unos niños de aquí y el recuerdo de mis amigos de allí, fueron mi único consuelo… una luz de esperanza.

Así descubrí que el mejor homenaje que podemos rendir a las víctimas –siempre inocentes- es trabajar día a día en la construcción de un mundo mejor para todos.

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