“Hay que salir al aire
dejando atrás el miedo,
sintiendo que podemos
llegar al mundo entero”
Hemos convertido el mensaje de José Hierro en canción y de esta forma, creo que el mensaje se refuerza. Pero ahora, tenemos que remangarnos y ponernos manos a la obra. Porque si no, nuestras palabras serán como pompas de jabón: hermosas pero de las que no queda nada en absoluto.
El pueblo saharaui defiende su legítimo derecho a recuperar su patria invadida hace ya 30 años. Y mientras -en el exilio de la hamada argelina- ha sido capaz de levantar un estado en medio de la nada más despiadada. Allí hemos visto sus humildes viviendas, sus escuelas y dispensarios, sus tiendas, sus centros de reunión, sus huertos y sus granjas… sus centros juveniles. Y hemos sido testigos de su lucha, pacífica y tenaz.
Quienes estamos comprometidos en la construcción de un Mundo mejor para todos, podemos prestarles una gran ayuda desde nuestra propia casa: podemos ser su voz. Debemos contar que hemos visto como jóvenes de allí son capaces de cooperar con jóvenes de aquí y superar las barreras culturales, religiosas y de toda índole
Aún recuerdo un amanecer en el Sáhara. Yo estaba caminando desde Hagunía hacia Angara porque necesitaba intimidad. El sol comenzaba a despuntar en el horizonte y en los ojos de cada uno de los saharauis con los que me crucé pude leer los versos de Blas de Otero:
“Podrán matarme,
Pero no morirme”
No hay comentarios:
Publicar un comentario