20 febrero 2014

Pongamos por caso

Pongamos por caso, desocupado lector, que no se encuentra -en este preciso momento- cómodamente sentado frente al PC. Será un pequeño esfuerzo que no le llevará más de un minuto, lo prometo. Pongamos que es usted negro, que ha abandonado su tierra y su familia en busca de un futuro mejor. Usted ha cruzado el Sáhara bajo un sol implacable, casi sin comida y con muy poco agua, esquivando los campos de minas, temeroso de quien estuviese apostado esperándole para saquearle. Usted sabe que muchas mujeres que han seguido esa misma ruta han sido violadas. Usted ha padecido hambre atroz y ha estado a punto de morir varias veces, pero como es usted... digamos atlético, ha sido capaz de sobrevivir a ese viaje épico que le ha llevado varios meses, tal vez años. Pongamos por caso que en algún momento le han disparado, y que ha visto como algún compañero de penalidades ha sido abatido y se ha quedado atrás, desangrándose, mientras usted corría despavorido. Pongamos por caso que le han propuesto llegar a nado a la tierra prometida. Sí, ya sé que usted es un buen corredor, pero en el agua se defiende con gran dificultad; sin embargo, el hambre y la imperiosa necesidad de lograr su sueño le espolean a afrontar ese último reto. El agua está realmente fría y solo lleva lo puesto, y tal vez un teléfono móvil envuelto en plástico y encintado. Enseguida está aterido. Cuando por fin divisa la playa, ésta parece inmóvil por mucho que bracee. Y de repente... ¡disparos! Ya no puede volver atrás, no tiene casi fuerzas. El miedo le atenaza, el frío le hiere. Gritos. Más disparos.
.
No quiero ser de una tierra que marca sus fronteras a tiro limpio -por muy balas de goma que sean- contra unos pobres indefensos provocando muertes inútiles y comandada por un atajo de incompetentes que son fuertes con los débiles, pero alarmantemente débiles con los más fuertes

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Estoy indignado, abochornado, avergonzado. Qué detestable actuación la de estos mandos de la Guardia Civil. Qué Ministro. Qué Gobierno.

José Núñez de Cela dijo...

Qué verguenza! Qué asco! Y aún hay quien trata de justificarlo!