Ser padre de atletas no es fácil. Esta misma tarde, por ejemplo, he tenido que dejar lo que estaba haciendo para llevar a mis hijas al entrenamiento. En cierta manera, me vienen bien este tipo de altos en el trabajo, pero me interrumpen. Así que he intentado que ellas valoren mi esfuerzo.
-Algún día os daréis cuenta de lo que estoy haciendo por vosotras. Lamentablemente... será demasiado tarde.
Y casi sin dejarme terminar la frase melodramática, Ana (en la foto) me ha espetado:
-No te preocupes, papá. Ese día compraremos un ramo de flores azules -del color del Capiscol- y las llevaremos a tu tumba.
Perra vida.
6 comentarios:
... y les dirán lo mismo a sus hijos...
Ley de vida! Y gracia enorme la de tu hija Ana.
Me ha hecho reír. Muy ocurrente la niña. Saludos.
¡Ja, ja, ja! cría hijas y acompáñalas a los entrenamientos para eso... Y espera a que te tengas que levantar a las 3 de la madrugada para ir a buscarlas a alguna disco... esto es más jodido todavía y si no que se lo pregunten a mi marido que es un santo porque cada domingo hacía de taxi. Cuando se sacaron el permiso de conducir fue otra historia... ¡ay! si yo te contara...
Quien más y quien menos nos esforzamos y sacrificamos parte de nuestro tiempo en favor de los nuestros, especialmente los hijos (en mi caso es el basket y los madrugones son épicos los fines de semana). Esperar algo a cambio, más allá de su formación/bienestar y cierto cariño/amor correspondido puede resultar en vano. Más vale disfrutar de ello cuando llega.
Saludos
¿Sabes lo del refrán, no?
Cría cuervos y te sacarán los ojos... je je
Tengo una hija de 20 y ahora, muy muy lentamente, voy recogiendo pequeños frutos de todo lo que le fui inculcando de pequeña, no es mucho pero confío que vaya a más.
Lo importante es el fondo de la persona, porque más tarde o más pronto, ese fondo sale a la luz. Estoy convencida.
Preciosa imagen de tu hija. Ella también se esfuerza, aunque de otro modo. A mí me parece que correr es muy sacrificado.
biquiños,
Publicar un comentario