Hoy, este blog quiere rendir su sencillo homenaje a las víctimas inocentes de Noruega. Nunca podremos entender que sucede en el interior de ciertas mentes que son capaces de provocar tanto dolor. Y algo más: no permitamos que nuestra ira contribuya jamás a la consecución de sus abyectos fines.
P.S. Por cierto, se equivocan quienes pretenden ubicar al terrorista (a éste o a cualquier otro) en un extremo del arco político, porque quienes utilizan la violencia, automáticamente, se autoexcluyen del ejercicio de la política, que sigue siendo una actividad noble aún a pesar de algunos.
3 comentarios:
Me adhiero firmemente. Sentimos mucho esa locura que terminó con la vida de varias personas entre el horror de la violencia.
Una barbarie que me deja sin palabras.
biquiños,
p.d.: espero que tu hija haya superado ese bache y vuelva a tener las mismas ganas de correr que antes.
Los extremismos fanáticos nunca llegan a buen puerto. Mi corazón está con esas jóvenes víctimas noruegas. Besotes, M.
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