14 enero 2011

Una revolución árabe democrática

Sobre el artículo que Javier Valenzuela escribe en EL PAÍS en relación las revueltas populares que se han producido en Túnez, quiero destacar una de sus frases:
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La seguridad en el Magreb no la garantizan los déspotas, sólo podrán hacerlo las democracias.
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¿Por qué me sonará tan familiar esa frase que me hubiera gustado escribir a mí? Por cierto, esa afirmación querría hacerla extensiva a cualquier lugar del planeta; por muy "estupendísima" que pueda sonar. Que le vamos a hacer, cada uno tiene que apechar con sus convicciones.
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Actualización del 15 de enero
Copio y pego desde el editorial de hoy de EL PAÍS este párrafo:
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Los tunecinos que han salido a las calles reclamando libertad necesitan el apoyo internacional que merece su causa, aunque solo sea ahora que ha triunfado. En Túnez se decide ahora algo que excede sus fronteras: si las democracias de los países desarrollados apoyarán a partir de ahora a los hombres y mujeres libres del Magreb o si seguirán prefiriendo, por miedo, cortedad o miopía, respaldar a quienes los reprimen a sangre y fuego invocando los fantasmas del islamismo y del terror. Leer completo.
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Y me permito añadir, no solo los tunecinos... que también. Y necesitan el apoyo -sobre todo- para que sus causas triunfen de manera pacífica.

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es curioso: ¿y si nos dan una lección los que pensábamos que no lo harían?

Merche Pallarés dijo...

Muy acertado lo que dice PEDRO. Besotes, M.