20 enero 2014

El programa

Desde Atapuerca, los homínidos no paramos de inventar armas arrojadizas que, dicho sea de paso, son las favoritas de los cobardes. La última es "el programa electoral". Porque para no andarnos con milongas, el programa no tiene más función que la de lanzarlo contra el adversario. Lo triste, es cuando ese adversario es el propio ciudadano.

"Debemos ejecutar esta obra porque estaba contenida en el programa que votaron los ciudadanos" ¿Y de la creación de puestos de trabajo, reducción de impuestos, transparencia en la gestión pública, lucha contra el fraude... ? Mejor no seguir. Es como la del Borbón en Nochebuena, que tras iniciar un discurso bien hilvanado soltó aquello de que se iba a empeñar en luchar por la igualdad de oportunidades ¡Pa mear y no echar gota!

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