¿Se enfría la Primavera Árabe?

"El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia, algo que vemos en la historia de Andalucía y Córdoba durante la Inquisición. Es el ejemplo de Al Ándalus".  Son palabras de Barak Obama en El Cairo, pronunciadas en junio de 2009. Desde mi punto de vista, la actitud del presidente estadounidense ha favorecido el fenómeno que hoy conocemos como "Primavera Árabe", este es el motivo por el que le cito en este momento. Por otro lado, las protestas pacíficas de los saharauis en El Aaiún y en otras ciudades que se desarrollaron en noviembre de 2010 y que fueron duramente reprimidas por las autoridades marroquíes, constituyen el claro precedente de la oleada de malestar social que azotó el norte de África y otros países árabes en los meses posteriores.

Meses después, hemos visto como caían Ben Alí, Mubarak, Saleh y Gadafi. Algunos nos hemos sentido esperanzados por la reacción de los diferentes pueblos árabes que reclamaban libertad, justicia y democracia, o al menos eso quisimos creer.

Y ahora, estamos asistiendo al crecimiento de un modelo de fanatismo intolerante que sabíamos que permanecía latente esperando su oportunidad. Y aún así, nos duele la tragedia que se está perpetrando en este mismo momento en Siria.

Ignoro cuál es la verdadera cultura histórica de Obama y de su equipo de asesores, pero creo que se equivocan. El Islam no fue un modelo de convivencia en el sentido moderno del término. Que se lo pregunten a los almohades (mejor a sus víctimas), sin ir más lejos. Pero es indudable que nuestro futuro necesita de ese Islam verdaderamente tolerante y capaz de ayudar a construir las sociedades realmente democráticas que algunos acreditados pensadores preconizan y defienden. Solo por esa vía se conseguirá que lo que se anunció como una primavera, realmente florezca. Hoy parece que está helando. Ojalá no siga arreciando, inchalá.


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