La Democracia es una flor rara. Crece en casi cualquier tierra y no necesita de especiales cuidados. Basta con que la dejes a su aire. Pero hay algunos jardineros empeñados en tratarla como una mala hierba. Así que la arrancan en cuanto intenta germinar. Luego nos cuentan historietas que no se creen ni ellos. Pero la verdad es tremendamente simple: hay flores que, aunque parezcan débiles, soportan los vientos más fuertes y los sobreviven. Otras -que carecen de aroma propio- ofrecen un aspecto de fortaleza que puede llegar a impresionarnos, pero ante el viento, se quiebran y languidecen.
Por cierto, hay flores realmente bellas, que de tanto admirarse a si mismas... terminan devoradas por las plagas.
1 comentario:
Es que dejamos que cuiden nuestras flores cualquiera, en vez de encargarnos nosotros mismos.
Publicar un comentario