Hoy, que el pueblo egipcio se despierta siendo un poquito más dueño de su futuro construyendo una esperanza que espero llegue a fructificar, yo me desayuno con el artículo que Miquel Cartró publica en EL PAÍS. Aquí lo tenéis:
El 27 de febrero celebramos 35 años de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática. Un periodo negro para la población saharaui, que sufre el exilio, la vulneración de los derechos humanos en los territorios ocupados, el expolio de riquezas, la indiferencia de la comunidad internacional y la traición de los Gobiernos españoles.
El levantamiento del "campamento de la dignidad", en El Aaiún, hace pocos meses, para protestar pacíficamente contra la exclusión de la población saharaui, terminó en una represión brutal. Activistas de Resistencia Saharaui rompieron el silencio informativo y mostraron al mundo el verdadero rostro sanguinario del régimen de Mohamed VI. Gdeim Izik ha sido el punto de partida de otras revueltas contra la tiranía en Túnez, en Egipto, y posiblemente en Marruecos. La vía diplomática ha fracasado. Por tanto, la oportunidad de solución del conflicto la podemos encontrar o aprovechando la debilidad del ocupante o por si surge una revolución democrática en Marruecos, sometido al feudalismo de la corona alauí. La solidaridad y la justicia no pueden ser neutrales.
1 comentario:
Lo leí. A ver qué pasa... Besotes, M.
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