Inerme es aquel que está sin armas mientras que indefenso es quien carece de defensa. No es lo mismo. El matiz es ligero, pero el que no tiene armas aún puede defenderse con su coraje. Hay múltiples ejemplos de pueblos que se han peleado valientemente… sin armas. Los gladiadores tenían una frase sobre ello, también los nómadas del desierto. Yo escribí inerme en mi colaboración a EL PAÍS consciente de ese matiz.
Tampoco aparecía el párrafo en el que citaba las palabras del presidente Abdelaziz: Un día… ¡solamente un día! para que el pueblo saharaui acuda a las urnas y decida si desea acceder a la autodeterminación o anexarse a Marruecos. No es mucho, ¿verdad? Para mí era fundamental, y de hecho lo utilizaba para el título del artículo.
Finalmente, yo jamás diría que Francia se alinea a favor de las tesis marroquíes, sino que lo hace su Gobierno. Otro matiz. Porque tengo la certeza de que la inmensa mayoría de los franceses repudiarían –si tuviesen información objetiva sobre el asunto- las tropelías que cometen cada día las autoridades marroquíes en el Sáhara Occidental.
Por todo lo anterior podría estar molesto sobre la manera en que se ha publicado mi colaboración… y no es así en absoluto. EL PAÍS distribuye más de 380.000 ejemplares cada día –sus estudios dirán cuántos son los lectores- y ese dato es muy significativo. No es que me nuble la vista tanta repercusión para mi opinión, no es eso. EL PAÍS siempre me ha publicado las cartas íntegras, y si no quiere que se difunda la realidad del Sáhara, en este caso concreto era muy sencillo: no lo publica y punto; al fin y al cabo yo no soy nadie.
Ya termino. En el pasado hay quien me ha dicho que a mi sí que me publican porque soy… blandito. Vamos, que me expreso de manera poco beligerante y que no doy mucha caña. Naturalmente, creo que ya he hablado demasiado sobre mi mismo como para seguir en por esa línea. Ahora, hay que proseguir la andadura.
Tampoco aparecía el párrafo en el que citaba las palabras del presidente Abdelaziz: Un día… ¡solamente un día! para que el pueblo saharaui acuda a las urnas y decida si desea acceder a la autodeterminación o anexarse a Marruecos. No es mucho, ¿verdad? Para mí era fundamental, y de hecho lo utilizaba para el título del artículo.
Finalmente, yo jamás diría que Francia se alinea a favor de las tesis marroquíes, sino que lo hace su Gobierno. Otro matiz. Porque tengo la certeza de que la inmensa mayoría de los franceses repudiarían –si tuviesen información objetiva sobre el asunto- las tropelías que cometen cada día las autoridades marroquíes en el Sáhara Occidental.
Por todo lo anterior podría estar molesto sobre la manera en que se ha publicado mi colaboración… y no es así en absoluto. EL PAÍS distribuye más de 380.000 ejemplares cada día –sus estudios dirán cuántos son los lectores- y ese dato es muy significativo. No es que me nuble la vista tanta repercusión para mi opinión, no es eso. EL PAÍS siempre me ha publicado las cartas íntegras, y si no quiere que se difunda la realidad del Sáhara, en este caso concreto era muy sencillo: no lo publica y punto; al fin y al cabo yo no soy nadie.
Ya termino. En el pasado hay quien me ha dicho que a mi sí que me publican porque soy… blandito. Vamos, que me expreso de manera poco beligerante y que no doy mucha caña. Naturalmente, creo que ya he hablado demasiado sobre mi mismo como para seguir en por esa línea. Ahora, hay que proseguir la andadura.
3 comentarios:
Fran, excelente la distinción entre inerme e indefenso. Lo mismo con Francia o sus gobiernos.
Hay que seguir adelante, y voy a decirte algo: ayer me fui a la cama con la sensación de que todo lo que hacemos sirve de poco o de nada. Por razones que ahora no vienen al caso.
Sin embargo cuando vengo a tu blog y te leo, pienso que sí sirve y que debemos seguir caminando aunque a veces parezca que no avanzamos.
Un abrazo.
Si este blog sirve para que alguien como Antònia encuentre fuerzas en esos momentos en los que todos desfallecemos... me doy por satisfecho ;-)
A veces cuando se escribe a los periódicos, publican lo que quieren. Me pareció muy injusto que no te publicaran ese párrafo tan indicado, bien traido y necesario.
En los años 80, me publicaron muchas cartas en "El País" sin recortes. Exactamente como las había escrito. Cual no fue mi sorpresa, cuando estando en Miami escribí UNA carta al "Miami Herald". Me la publicaron, pero ¡SU versión de mi carta! Me quedé anonadada porque no tenía NADA que ver con la que yo había escrito. Ahora sí, salió mi nombre y apellido. Ahí me dí cuenta de cómo los medios manipulan las misivas a su antojo. Especialmente en los USA, pero veo que en España vamos por el mismo camino... Una vergüenza. Besotes, M.
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