Mi ciudad, Burgos, vive unos días de cierta convulsión. La semana pasada fue desarticulada una célula islamista que reclutaba adeptos –a través de Internet- para cometer acciones terroristas. Las hijas de uno de los detenidos, acuden al mismo colegio que mis hijas y espero que no sufran el rechazo social. Desde siempre han sido objetivo de la atención general debido a su vestimenta. Todo ello, me hace reflexionar sobre el complejo proceso educativo que debemos afrontar los padres ¿Hasta que punto podemos condicionar a nuestros hijos? ¿Dónde están las delgadas líneas rojas que nunca debemos traspasar?
Hoy recibo la noticia de que el juez Garzón abre diligencias por un delito de genocidio cometido en el Sáhara Occidental (ver más información), justo el mismo día en que se ha conocido la sentencia del 11M. Ojalá esta sentencia no sirva para un nuevo enfrentamiento partidista.
Todos estos pensamientos me vienen a la cabeza en la Cañada Real La Galiana, desde donde escribo estas líneas y donde cada día veo a docenas de niños destinados -tal vez condenados- a la delincuencia.
3 comentarios:
Fran, que aún haya gente (en estos tiempos inciertos, que decía la canción) que se haga estas reflexiones nos llevan a seguir confiando en el ser humano y en el futuro del mundo, que será mucho más justo cuando los saharauis vuelvan a su Sahara en libertad. Un abrazo
¿inconexas? Retrato de un mundo real que algunos se niegan a ver, querido Fran.
Conxawah
La inmensa mayoría de la gente es, en el sentido más profundo de la palabra, buena. Lamentablemente se ve mucho más lo malo. Me cuesta entender el porqué.
Pedro
Son inconexas porque creo que el otro día estuve junto al lado insano del cerebro del Sr. K y todo se pega ;-)
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