Todos esperamos que -más pronto que tarde- el pueblo saharaui pueda regresar a su patria. La permanente labor diplomática que despliega el Polisario, la intensa lucha pacífica en los territorios ocupados y la presión que los ciudadanos ejercemos sobre nuestros gobiernos, deberán fructificar en una solución aceptable para este conflicto enquistado. En ese momento, serán imprescindibles grandes dosis de generosidad y de capacidad de diálogo. Sólo pondré un ejemplo ¿Cuál será la actitud que se deberá adoptar ante los colonos marroquíes? En esencia, ellos han sido empujados por sus jerarcas hasta una tierra en la que llevan -también ellos- más de treinta años viviendo.
Ahora existen siete centros juveniles en medio de la hamada, destinados a la infancia y la juventud. Abiertos a quien quiera participar en ellos sin ningún tipo de limitación y en los que se realizan diferentes actividades, juegos, concursos, fiestas… Entre sus humildes paredes se fomenta la igualdad, la defensa de las propias opiniones desde el respeto a la diferencia, el compañerismo y la superación de las barreras de toda índole. Allí, los jóvenes participan en su dirección mediante cauces democráticos; ellos son los verdaderos protagonistas. Así contado, puede parecer un mundo idílico, pero éste es el objetivo de quienes propugnamos el asociacionismo infantil y juvenil como complemento educativo. Y como generador de una sociedad mejor y más justa para todos.
Todo ello será de vital importancia en un futuro cercano. Y algunos creemos que ese modelo es igualmente necesario en nuestra desarrollada sociedad occidental. Tal vez, aquí más que allí. Pero ésta, es otra historia.
La fotografía pertenece a Eva y María y está tomada prestada de la web www.saharalibre.es
Ahora existen siete centros juveniles en medio de la hamada, destinados a la infancia y la juventud. Abiertos a quien quiera participar en ellos sin ningún tipo de limitación y en los que se realizan diferentes actividades, juegos, concursos, fiestas… Entre sus humildes paredes se fomenta la igualdad, la defensa de las propias opiniones desde el respeto a la diferencia, el compañerismo y la superación de las barreras de toda índole. Allí, los jóvenes participan en su dirección mediante cauces democráticos; ellos son los verdaderos protagonistas. Así contado, puede parecer un mundo idílico, pero éste es el objetivo de quienes propugnamos el asociacionismo infantil y juvenil como complemento educativo. Y como generador de una sociedad mejor y más justa para todos.
Todo ello será de vital importancia en un futuro cercano. Y algunos creemos que ese modelo es igualmente necesario en nuestra desarrollada sociedad occidental. Tal vez, aquí más que allí. Pero ésta, es otra historia.
La fotografía pertenece a Eva y María y está tomada prestada de la web www.saharalibre.es
1 comentario:
Afianzar la esperanza de los refugiados saharauis más pequeños atendiendo a su derecho a un tiempo libre creativo y enriquecedor, me parece una labor muy loable.Enhorabuena por esta iniciativa tan creativa.
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