Algunas veces -de manera inexplicable- acuden a nuestra mente recuerdos que creíamos perdidos. El cerebro es un gran desconocido para nosotros, que nos creemos los reyes de la creación ¡qué ilusos! Hoy mismo, han resurgido unos versos de Miguel Hernández que me han acompañado a lo largo de mi vida. Y no sé por qué.
Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni reluce, ni florece.
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni reluce, ni florece.
Cuerpos que nacen vencidos,
vencidos y grises mueren:
nacen con la edad de un siglo,
y son viejos cuando vienen.
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