20 noviembre 2006

Boli Solidario


El viernes fui a una oficina de Correos para hacer un envío. De repente, vi un expositor con los Bolígrafos Solidarios de la campaña Un Juguete, Una Ilusión y pensé “coño, ya estamos en marcha”. Y me alegré la tarde.
Me sentí protagonista y parte de una campaña ejemplar que, por la compra de un boli, pueda llevar un juguete a un niño o una niña en las zonas más desfavorecidas del planeta. No es broma; hace tan sólo un mes hemos entregado 10.000 juguetes en la wilaya de El Aaiun.
Luego pensé en la dramática situación en los campamentos de Tinduf y la gran cantidad de incertidumbres que acechan al pueblo saharaui. Me cuestioné la idoneidad de este empeño ¿Realmente merece la pena? ¿Estamos haciendo lo más adecuado?
Mantengo algunas dudas, pero creo que debemos profundizar en esta línea de trabajo. Posiblemente sea un ingenuo. Pero creo que si somos capaces de llevar sonrisas hasta la hamada, estaremos construyendo los puentes de entendimiento que son tan necesarios. Imprescindibles para un futuro de Paz.

Este año, Rafa Nadal nos ayuda a vender ilusiones. Cada día me gusta más el tenis.

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