Mira el cielo –dijo Omar- ¿Vas acostumbrando la vista? Date cuenta: no hay luna y, de pronto, todo el cielo se dibuja. Asoman formas que parecen vivas. Podría nombrarte en hasanía muchas de las estrellas que ves. He aprendido a viajar en el desierto gracias a ellas. Así se ven desde Ifni, en El Aaiún, en toda esta región del Sáhara. Gracias a ellas puedo caminar sobre la tierra, encontrar mi sitio en estos desiertos, conocer quién soy y lo que significo. No podría irme a ningún otro lado porque me perdería y no sería jamás alguien que pudiera reconocerse a si mismo.
Javier Reverte
De su novela “El médico de Ifni”
De su novela “El médico de Ifni”
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