22 agosto 2013

La batalla de Egipto

Los dramáticos acontecimientos que se suceden en Egipto pueden hibernar la denominada Primavera Árabe. Ya en sus orígenes, algunos llamamos la atención sobre el riesgo que sufría este esperanzador movimiento democratizador de caer en las manos de los más radicales y fanáticos. La democracia no es un modelo que pueda implantarse fácilmente, y es incompatible con una visión teocrática del Estado. Recientemente, el Papa Francisco ha defendido, con valentía y gran inteligencia, la laicidad en el gobierno de la cosa pública. Algunos se han sorprendido, y no conozco ninguno de entre los faros de Occidente que avistase la profundidad de su mensaje. Dejémoslo para otro momento. No perdamos el tiempo con voceros paniaguados de discursito del todo a cien.

Y sin embargo, hoy en Egipto nos estamos jugando mucho más de lo que algunos pueden intuir ¿Existe un Islám compatible con la democracia? Debe haberlo. Y quienes creemos en ciertos valores, los derechos humanos y otras nimiedades por el estilo, debemos favorecer esa forma tolerante de entender una religión. Porque no todas las ideas son respetables. No merece ningún respeto la defensa de la esclavitud, o la de el totalitarismo. Por eso no debimos ponernos de perfil cuando se masacraba a los coptos en Egipto, o a los cristianos en Nigeria; ni cuando se lapida a una mujer por ser adúltera.

Y ahora viene la Unión Europea con sus medidas de presión que serían para descojonarse de la risa si no fuese por la gravedad del asunto ¡Qué vamos a dejar de vender armas a Egipto! Así, tal lo cuento. Cómo si las necesitasen para matarse los unos a los otros. Que pregunten en Ruanda. Y Obama, que fija sus denominadas líneas rojas en Siria que parece que provoca para que se crucen, a ver quien los tiene más gordos.

La batalla que se está librando en nuestro Próximo Oriente pinta malamente, y algunas veces parece que nuestros estrategas se vendieron al enemigo. Muy posiblemente solo nos queden Dios y Alá, que como todo el mundo sabe, siempre nos ayudan cuando somos más... y somos más fuertes.

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